El matador charro cuajó una gran faena al tercero de la tarde, cortando cuatro orejas a sus dos oponentes, mientras que Valentín Hoyos tuvo que conformarse con un apéndice
Manuel Diosleguarde sembró de delirio este martes la plaza de Lumbrales tras realizar una gran faena al tercero de la tarde, segundo de su lote, un novillo que hizo bueno en la muleta después de las dudas que dejó en el capote e incluso en el tercio de banderillas. Por su parte, Valentín Hoyos tuvo que conformarse con una oreja en una tarde en la que no se le vio a gusto.
Manuel Diosleguarde cuajó una interesante faena a su primero, un burraco noble que brindó a su compañero de cartel. Comenzó con la muleta trazando unos trincherazos templados, estuvo muy torero y logró varias tandas con ambas manos. Quietud, firmeza y temple, son los adjetivos para definir lo que Diosleguarde dejó en Lumbrales. Mató de una estocada, ligeramente defectuosa, a lo que el presidente, Pablo Tabárez, premió con dos orejas a petición del público. Pero lo mejor estaba por llegar.
En el tercero de la tarde, un novillo castaño, Diosleguarde remató el primer tercio con varios lances a la espalda, aunque el novillo no era claro, o al menos eso pareció para la mayoría, porque el matador charro brindó su muerte al público, así que algo debió ver, eso sí, lo hizo después de que el novillo se le viniera encima y tuviera que recibirlo con la muleta improvisando la embestida. Poco a poco, el de El Collado fue bebiendo de la muleta de Diosleguarde con pases templados que llevaron al público al delirio cuando se tiró de rodillas para sacar muletazos por ambos pitones. Tras un pinchazo hondo, puso una estocada en todo lo alto, aunque tuvo que recurrir a la cruceta acertando al primer intento. De no haber sido por el pinchazo, Diosleguarde hubiera cortado un rabo en Lumbrales. El presidente concedió la vuelta al ruedo para el novillo.
Valentín Hoyos recibió bien a la verónica a su primero, un novillo que no humillaba y de embestida rebrincada que el de La Alberca fue incapaz de templar, la tarea era compleja, pero la insistencia tuvo su triunfo. Entró a matar recibiendo y logró una buena estocada, aunque ligeramente trasera. El presidente le concedió una oreja a petición del público. En su segundo, cuarto de la tarde y que cerraba plaza, Hoyos comenzó con unos trincherazos por abajo, pero en ningún momento el de La Alberca se acopló a la embestida del novillo, especialmente después de sufrir una leve cogida, mostrándose inseguro y con falta de rodaje, aunque no le faltaron ganas y empeño, pero no era su tarde. Erró con los aceros.
Los aficionados taurinos agradecieron esta tarde que las peñas situadas bajo el tendido de sol bajaran el volumen del reguetón y se escuchara a la banda de la plaza, que es la que el público que acude a un festejo de estas características quiere escuchar.
Cuarta de abono
Mañana martes, cuarta de abono, festival con un encierro de Miranda de Pericalvo para el matador Ismael Martín y la novillera Olga Casado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Lumbralesññ
Festival sin picadores
Casi lleno, unas 1.600 personas
Ganadería: cuatro novillos de El Collado, buenos en su conjunto y bien presentados. El tercero dio la vuelta al ruedo.
Manuel Diosleguarde: dos orejas y dos orejas.
Valentín Hoyos: una oreja y silencio.