Estuvo acompañado por Gonzalo Santonja, Javier Iglesias, y el Equipo de Gobierno encabezado por Marcos Iglesias
La Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo recibió en la mañana del miércoles la visita del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quién estuvo acompañado por el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, el delegado territorial de la Junta en Salamanca, Eloy Ruiz, y buena parte del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento mirobrigense encabezado por Marcos Iglesias.
Guiados por el director de la Feria, Manuel Jesús González (también contribuyeron a la visita su productor, Javier de Prado, y la responsable del Divierteatro, Miriam Hernández), Mañueco comenzó su recorrido adentrándose en el Palacio de Montarco, donde se había preparado un gigantesco photocall con pantallas a los lados para que hiciese unas declaraciones a los medios de comunicación (asimismo se habían dispuesto unas banderas en el zaguán del Palacio).
En una breve intervención, Mañueco comentó que “la cultura es un lujo que tenemos que mimar y cultivar”, haciendo hincapié en que “tenemos que hacerla accesible a todos los públicos”. El presidente dijo que quieren “seguir impulsando la Feria”, cuyo impacto económico en Ciudad Rodrigo cifró en 3 millones de euros. Por último, mostró su agradecimiento a todos los que hacen posible que la Feria sea un éxito y que de este modo “Ciudad Rodrigo sea la capital de la cultura en Castilla y León y en España”.
Finalizada la comparecencia, la comitiva paseó por la Plazuela del Conde, donde está situado el Palabreando, saludando al Mago Miguel de Lucas que estaba entre el público, y a las monitoras que ejercían de ‘porteras’ del espacio en la mañana del miércoles. A continuación, pasaron a la Casa de la Cultura, bajando unos instantes a la Oficina de Atención a los Profesionales de la Feria.
De ahí se pasó a la Plazuela del Buen Alcalde, para hacer un recorrido por unos cuantos espacios del Divierteatro, en los cuales Fernández Mañueco se animó a tocar el yembé (mientras los otros miembros de la comitiva tocaban otros instrumentos), se sentó a contemplar una de las obras de breve duración con la técnica lambé-lambé, se hizo un tatuaje, y saludó con cierto detenimiento al responsable de la exposición de títeres con la que se cuenta, perteneciente a Tragaluz Títeres, de Asturias.
Como cualquier niño que se adentra estos días en el Divierteatro, Alfonso Fernández Mañueco finalizó su estancia sellando en el pasaporte que se entrega a cada uno de los participantes los lugares por los que había pasado. Por último, hubo unos selfies con responsables del Divierteatro en su zona de entrada, antes de dirigirse más tranquilamente a la Plaza Mayor a tomar algo.