El grupo salmantino Lazarillo de Tormes representa la obra en la localidad de Diego Álvaro, de la que es natural una de sus actrices, Sonsoles Palacios Vaquero
La iglesia parroquial de San Juan Bautista acogió en Diego Álvaro el montaje de Denis Rafter 'Buscando a Nebrija' interpretado por el grupo de teatro salmantino Lazarillo de Tormes con el patrocinio del Área de Cultura de la Diputación de Salamanca, invitado por la Asociación Cultural “La Pizarra” con el apoyo del Ayuntamiento.
Aunque este montaje ya ha sido programado en varias comunidades autónomas y diversas provincias, en la de Ávila todavía no se había representado y, a pesar de ser 'martes 13' de agosto, toda la energía positiva, tanto del numeroso público, como del elenco de Lazarillo de Tormes consiguieron, una vez más, un rotundo éxito.
Y es que se daban todas las condiciones para que así fuera ya que, en esta ocasión, se trataba de homenajear a una de las actrices del grupo y natural de la localidad, Sonsoles Palacios Vaquero.
Sonsoles en el montaje Buscando a Nebrija representa, con mucha solvencia y oficio, a María Luisa (la mujer del alcalde) y podemos decir que la actriz de Diego-Álvaro comparte, como mínimo, dos pasiones con nuestro protagonista Nebrija: la enseñanza -maestra de profesión- y la literatura -escritora y poeta-.
Lo que afirmaba Josefina Aldecoa, Sonsoles, además de compartirlo, se lo ha aplicado en su faceta de actriz: “Ha sacado lo que tenía dentro y se ha descubierto a sí misma” y se ha aplicado también para su trabajo escénico una de sus máximas como docente “la capacidad de enseñar y aprender, y mostrar lo que se sabe y lo que se siente, con el objetivo de desarrollar las actitudes creadora e imaginativa” y así consigue demostrar, sobre las tablas, la persona sensible que se deja llevar por todo lo que siente.
Seguro que Sonsoles no imaginó, hace unos años, cuando se decidió a probar su faceta de intérprete teatral, que con dos montajes: 'Teresa, la jardinera de la luz' y 'Buscando a Nebrija' superaría con creces las 500 representaciones, algo que no está al alcance de la mayoría de actrices y actores profesionales.
En la iglesia de Diego-Álvaro se contagió la magia del teatro entre intérpretes y público -que abarrotó el templo- para hacer una tarde inolvidable. Una gran ovación de todos los presentes, puestos en pie y multitud de felicitaciones a la salida, cerraron esta velada histórica.