A finales de agosto acabaré mi próximo libro. Pocos capítulos restan. Luego, con reposo y paciencia, configuraré su estructura final repasando cada capítulo con detalle, antes de cerrar sus esencias y enviarlo para publicar, allá por el mes de noviembre.
Me enzarcé en esta ocasión con principios implícitos en anteriores ensayos que estaban basados en “La Ignorática” (Ciencia inexistente que conoce de aquello que no sabemos) y los principios tecnológicos que van apareciendo con las enseñanzas aportadas por la “Inteligencia Artificial” (En el fútbol le está costando).
Se celebró la Final del “Europeo2024”, jugado en Alemania, y ganó España, merecidamente, después de exprimir las buenas cualidades desarrolladas por jugadores poco encumbrados hasta ahora. Venciendo en siete partidos a Selecciones muy notables como: Italia, Alemania, Francia e Inglaterra… Hubo un Campeonato con un desempeño global que no ha dejado grandes cualidades, aunque si aparecieron algunos aspectos a destacar: Buenos arbitrajes en general; mayor utilización del VAR por encima de lo previsto; fueras de juego excesivamente centrados en la geometría, o sea, en aquellas superficies que superan las líneas; prórrogas inútiles de 30 minutos que acabaron desencadenando series de penaltis; fracaso del juego en equipo de escuadras con excelentes individualidades (Portugal, Francia, Inglaterra); demasiados partidos se jugaron “a no perder”, sobre todo en las fases de las liguillas iniciales…
Pasados los años, muchos aficionados siguen convencidos de saber todo lo que se cuece en torno al fútbol. Y sigue habiendo muchos grupos de gente que siguen opinando que ”¡En el fútbol ya está todo inventado!”. Cuestión que me produce sarpullidos intensos porque, hace ya mucho tiempo, que argumento lo contrario: “¡El fútbol debe seguir reinventándose, de buena fe, respetando sus esencias, todos los días!”
Quizás en mis próximas aventuras literarias me volcaré para seguir aportando mucha más creatividad al juego, además de actualizar muchos más criterios normativos. En la actualidad, el fútbol masculino se está volviendo muy reiterativo, les cuesta salir con velocidad desde atrás, con precisión, superando líneas y vislumbrando más desmarques de la gente avanzada. Cada vez más, me gusta mucho el fútbol femenino porque se prodigan más en el juego (antiguo) de conducción, de enfrentamientos uno contra uno, de disputas con balón por medio, incluso de más tiros a puerta de distancia.
Afortunadamente, el juego de posesión está evolucionando a una mayor practicidad. Ya no gana siempre el que más tiempo dispone de la pelota, la mixtura entre pausa y aceleración va siendo una constante. Por supuesto, ha ocurrido en la Selección española masculina, apareció la vuelta al juego con extremos que resultó muy atractivo; sabiendo además que dichas alas no se han limitado a regatear, desbordar hasta el fondo y centrar. Esa acción última de centrar la han sustituido con el tiro a puerta de distancia con el fin de golear. (Tanto Nico Williams como Lamine Yamal).
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