Fue una de las batallas más decisivas de la Guerra de la Independencia se libró el 22 de julio de 1812
Los Ayuntamientos de Alba de Tormes y Arapiles finalizaron en la villa ducal las tres jornadas dedicadas a conmemorar la Batalla de Arapiles. Puntualmente, a las 12:30 horas, se inició un pasacalles que cruzó el puente de la villa ducal en una comitiva en la que participaron, ataviados con trajes de época, autoridades municipales de las dos localidades.
Turistas y vecinos acudieron a la llamada de los sonidos de la Banda de Gaitas y Tambores Napoleónicos, que acudieron a la Plaza Mayor, la Plaza de Santa Teresa y finalmente al Castillo de los Duques de Alba, donde los asistentes atendieron disfrutaron de una visita explicativa de las Batallas de la Guerra de la Independencia.
La Batalla de Los Arapiles fue una de las batallas más decisivas de la Guerra de la Independencia se libró el 22 de julio de 1812 a muy pocos kilómetros de la capital salmantina, entre las localidades de Arapiles, Las Torres, Calvarrasa de Arriba, Aldeatejada y Miranda de Azán. La jornada concluyó con la aplastante derrota del mariscal francés Marmont a manos de la fuerza aliada comandada por Lord Wellington. El rey José I Bonaparte tuvo que huir a Valencia, dejando la capital de España como escenario para la entrada triunfal de Lord Wellington.
La batalla de Los Arapiles privó a los franceses de las bases y los arsenales que necesitaban para llevar a cabo la invasión de Portugal, imprescindible para librarse de la constante amenaza que constituía el ejército aliado comandado por Lord Wellington. Además, la derrota francesa en Salamanca en julio de 1812 marcaría, junto con la desastrosa campaña de Rusia de ese mismo año, el principio del fin de la Europa napoleónica.
El campo de batalla de Los Arapiles cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico.
A primera hora de la mañana del 23 de julio de 1812 los albenses fueron testigos de la retirada en masa de un ejército francés, comandado por el mariscal Marmont, a través del puente y de los vados del Tormes. Miles de atribulados soldados huían por el camino de Peñaranda de Bracamonte tras haber sufrido una gran derrota el día anterior, en la batalla de Los Arapiles, a manos del ejército aliado de británicos, portugueses y españoles al mando de Lord Wellington.
En esa misma jornada se libraría el combate de Garcihernández, cuando los jinetes de la Legión Alemana del Rey, unidad integrada en el ejército aliado, alcanzaron la retaguardia del ejército francés en retirada.
La Villa de Alba de Tormes vivió tres episodios destacados durante la Guerra de la Independencia, que dejó como consecuencias, aparte del terrible sufrimiento de su población, la destrucción de su castillo y la pérdida de dos arcos de su puente.
El 28 de noviembre de 1809, el Ejército de la Izquierda, comandado por el Duque del Parque, vencedor en Tamames cuarenta días antes, sufrió esta vez una estrepitosa derrota tras el arrollador ataque de la caballería francesa del general Kellerman, la cual, avanzando desde Peñaranda de Bracamonte, cogería completamente por sorpresa a las tropas españolas que, divididas y confiadas, estaban estacionadas a ambos lados del puente de Alba de Tormes.
En noviembre de 1812, tras fracasar Lord Wellington en su asedio al castillo de Burgos, los franceses contraatacaban con el objetivo de recuperar la capital del reino y la estratégica ciudad de Salamanca. El día 14 de ese mismo mes y año era el ejército aliado el que se batía en franca retirada a través del puente de Alba de Tormes. Se colocaron cargas explosivas en un pilar del puente, que perdió dos arcos, y en el castillo quedaron solos y aislados trescientos soldados españoles que defendieron la posición e impidieron la reparación del puente hasta el 24 de noviembre, obligando a los franceses a pasar el río por los vados de Éjeme y Galisancho.