Aris Marcos homenajea a su abuela Sabina, fallecida en las últimas horas
Querida abuela quiero dedicarte esta carta y rendirte un homenaje muy merecido por todo lo que hemos compartido y vivido.
Siempre recordaré abuela aquellos momentos compartidos juntos, tus consejos, tu sabiduría, tu cariño incondicional y tu bonita y dulce sonrisa. No puedo ser egoísta y debo dar las gracias porque has tenido una vida larga, en unos meses habrías cumplido 98 años, somos muy afortunados porque hemos podido compartir mucho contigo. Una vida completa, llena de experiencias y de familia que te ha querido y te ha cuidado como lo merecías hasta el último segundo.
Gracias por haber sido parte de nuestra vida.
Gracias de corazón a toda la familia, a todas las trabajadoras de la Residencia San José, a la madre superiora que hizo malabares para que mi abuela pudiese entrar en la residencia y le estoy eternamente agradecido, a todas las monjas, sacerdotes y curas por cómo han cuidado y tratado a mi abuela hasta el último suspiro sin olvidarme del gran médico Enrique Sierra que atiende a todos los ancianos de manera única y brillante, dando un cariño enorme y una felicidad inmensa a todas las personas.
Mi querida abuela, quiero recordar las palabras de un poeta que decía: "No hay despedidas para aquellos que se aman de verdad, porque el amor trasciende la muerte y une los corazones en la eternidad".
Abuela sé que algún día volveremos a cogernos de la mano. Esa mano delicada, frágil como la vida y suave, llena de experiencias vividas. Porque a veces no hace falta nada más, sólo dar la mano, hacer compañía, dar afecto y cariño, las abuelas y los abuelos tienen magia son únicos y eternos.
Para mí una abuela es una marca imborrable, un abrazo que no se olvida.
Aunque ya no estés físicamente con nosotros abuela, tu espíritu y tus enseñanzas seguirán vivas en nuestros corazones
Siempre recordaré los buenos momentos en los que nos reíamos, cantando la gallina turureta, comiéndonos a escondidas un pastel de Goyito porque eras muy golosa, comiendo un arroz con leche pero con mucha canela, o cuando te decía abuela verás que fiestón hacemos cuando hagas los 100 años, esa era mi ilusión pero no pudo ser por poquito y debemos ser agradecidos porque has vivido casi 98 años muy bien vividos, siempre te recordaré sonriendo abuela.
Abriste tus alas, lista para llegar al cielo y seguir brillando como lo hiciste aquí, dale un beso a mi abuelo, a mi tío Ricardo y a mi primo Álvaro.
D.E.P abuela siempre te querremos.
En memoria de todas las abuelas que nos han dejado, recordemos siempre su amor incondicional, sus sabidurías, sus bondades y sus ternuras. Aunque ya no estén con nosotros porque volaron al cielo, su presencia se hace sentir en cada gesto de bondad, en cada sonrisa y en cada acto de generosidad. Que siempre sus recuerdos nos inspiren a ser mejores personas, a valorar más, a amar con más fuerza y a pasar más tiempo junto a nuestros seres queridos. Descansen en paz, queridas abuelas
Un abrazo Aris Marcos