, 22 de diciembre de 2024
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Dos ovaciones a la entrega y verdad de Damián Castaño en Las Ventas
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SAN ISIDRO

Dos ovaciones a la entrega y verdad de Damián Castaño en Las Ventas

Actualizado 04/06/2024 23:38
Toni Sánchez

Meritoria tarde del salmantino en Madrid, con una faena de tremenda exposición y firmeza ante el peligroso quinto.

Protagonismo salmantino en el vigésimo segundo festejo de la Feria de San Isidro, ya que actuó Damián Castaño, el único espada charro anunciado en el serial madrileño. Castaño se enfrentó a toros de José Escolar en un cartel que abrió el veterano Fernando Robleño y cerró Gómez del Pilar. El espada charro firmó una tarde de tremendo mérito frente a un lote con muchas complicaciones de la divisa blanca y roja y que pese a las dificultades mostradas no dio el juego esperado por parte de la afición venteña, que debido a esa desilusión se mostró un tanto fría y distante con todo lo que sucedió en el ruedo.

Cortinero I fue el primero del lote de Damián Castaño, que lo fijó en el capote sin que el de José Escolar se emplease con franqueza. Derribó el cárdeno a Alberto Sandoval en el primer encuentro. De largo se arrancó al segundo envite, protagonizando una buena pelea contra el caballo montado por Sandoval. Entró al quite Gómez del Pilar, para dejar dos templadas verónicas y una media por el pitón derecho. Soberbio Alberto Sandoval en el tercer puyazo, al que de Escolar se arrancó desde los medios en un alarde de bravura. Gran ovación para toro y picador.

Sin probaturas y dándole distancia comenzó Damián Castaño la faena de muleta, abandonado desde el primer muletazo por el pitón derecho. En los medios continuó su labor, muy encajado toda la serie y gustándose en el remate pase de pecho. No hubo tanta ligazón en la tercera serie por la derecha y el charro se echó la muleta a la zurda, por donde robó cuatro naturales de buen trazo aunque con poco eco en el tendido, ya que el toro se viene a menos tras el sobresaliente comienzo de faena. Sin codicia y desentendiéndose de las telas el de Escolar en la última serie a derechas de Damián, por lo que optó por coger el acero. Se encunó en los pitones el salmantino para dejar una estocada en lo alto de efecto fulminante para poner fin a una notable actuación que fue recompensada con una gran ovación que el torero saludó desde el tercio.

Damián Castaño se enfrentó en quinto lugar a Cancionero, un imponente astado de José Escolar que salió de chiqueros con mucha codicia y al que el salmantino sacó a los medios sin poder estirarse a la verónica. Echó la cara arriba en los capotes durante el tercio de varas, que se demoró en demasía ya que el de Escolar no quiso pelea con el caballo montado por Javier Martín. También presentó muchas complicaciones el toro en el tercio de banderillas, poniendo en apuros a los hombres de plata de Castaño. Comenzó doblándose por bajo Damián para limar las asperezas de Cancionero.

Sin pensárselo se echó la muleta a la zurda el charro para plantar batalla al cárdeno, con mucho peligro y reponiendo muy pronto. Muy de verdad Castaño para intentar torear al natural, pero el toro no ofreció la mínima opción, arrollando y acometiendo con mucha brusquedad en su embestida. Por el lado derecho robó el espada algunos muletazos meritorios sobre las rayas del tercio gracias a su entrega y firmeza. En el epílogo se abandonó el salmantino para torear al natural casi pegado a tablas, en la serie más rotunda y con mayor eco en los tendidos de toda la tarde. Mató de estocada desprendida. y tuvo que hacer uso del descabello, perdiendo la opción de triunfo para una faena aguerrida y de mucho valor. Saludó otra ovación desde el tercio, que junto con la de su primera actuación supieron a poco ante tal derroche de verdad y entrega.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Vigésimo segundo festejo de la Feria de San Isidro. Más de tres cuartos de entrada. Toros de José Escolar, muy bien presentados, serios y astifinos. De poco juego en general, sin raza y sin fondo de bravura la mayoría. El más complicado el áspero y brusco quinto.

Fernando Robleño, de verde oliva y oro: palmas tras dos avisos y silencio.

Damián Castaño, de malva y oro: ovación con saludos en ambos.

Gómez del Pilar, de gris perla y oro con remates negros: saludos tras aviso y silencio.