Los niños de Primera Comunión y cuatro bebés tuvieron un protagonismo destacado en los actos presididos por la Cofradía del Santísimo
Los vecinos de Lumbrales han celebrado el Domingo de Corpus con la solemnidad acostumbrada. Los actos se iniciaron con una misa en el templo parroquial. A continuación se procedió a la procesión por las calles del pueblo con la Custodia llevada bajo palio por el párroco Andrés García.
La comitiva la abrían los niños y niñas que han hecho su primera comunión hace tres semanas y los miembros de la Cofradía del Santísimo. Autoridades locales y vecinos de todas las edades acompañaron al cortejo que se detuvo en los tres altares montados a lo largo del recorrido, altares adornados con tomillo y flores, como manda la tradición. El sacerdote depositó la Custodia en cada uno de los bellos altares, y realizó las oraciones pertinentes, ante de proceder a la bendición del lugar. Una lluvia de pétalos -lanzados por los niños de comunión y otros pequeños- acompañó cada bendición.
En uno de los altares esperaban cuatro niñas de corta edad -Violeta, Alma, Carla y Paula- que recibieron la bendición sacerdotal.
De regreso al templo parroquial algunas mujeres recogían el tomillo bendecido para llevarlo a sus casas manteniendo así la creencia popular de los efectos beneficiosos de la planta del 'tomillo de corpus'.
Ya por la tarde, los miembros de la Cofradía del Santísimo se reunieron primero en la iglesia para el rezo del rosario, y después participaron en el convite de fraternidad que tradicionalmente se celebra el Domingo de Corpus, tras los actos religiosos.