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Pepa a Loba, II parte
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Pepa a Loba, II parte

Actualizado 07/05/2024 09:30
Isaura Díaz Figueiredo

En toda España encontramos personajes similares, así en centro peninsular encontramos a Luis Candelas, Vicente Melero “ El Cuatro ojos” o Pedro Piñero “el maragato”. En Andalucía, “El tempranillo” famoso en los caminos del Campo de Gibraltar, o “Diego Corrientes y los siete niños de Écija” en Sevilla. En Levante, el País Vasco y demás territorios españoles descubrimos casos similares.

Fueron delincuentes que actuaban asaltando viviendas de las clases pudientes y también abordaban a los viajeros solitarios. Su captura y erradicación resultó ser más complicada de lo esperado y, cuando alguno era apresado, el castigo se aplicaba de forma ejemplarizante, además de cruel.

De esta manera describen la pena a la que fue sometido Pedro Piñero “El Maragato”:

“Tras ser ahorcado se dejaron sus restos expuestos. Después, el cadáver fue descolgado y descuartizado. La cabeza y los cuartos se frieron en grandes ollas y se colgaron en estacas colocadas en los caminos reales de Castilla y Extremadura en el Año de Gracia de 1806, y sus restos no fueron sepultados hasta un año después”.

Biografía de Pepa a Loba

Galicia, al igual que Inglaterra, es una tierra llena de leyendas, mitos y antiguas tradiciones. Una de las grandes leyendas de gallegas habla sobre una bandolera que, bien entrado el siglo XIX, dirigía su propia banda, robaba a los ricos y ayudaba a los pobres. Nos embarcaremos en una aventura en la que se entremezcla leyenda, tradición y realidad, que juntas conforman la legendaria figura de Pepa a Loba, la Robin Hood gallega.

Cuentan que Josefa nace en A Estrada, Pontevedra, en 1835, en una pobre familia en la que no había ni camas para dormir. Su nombre era Josefa Esmorís Gay. Su madre fue conocida como “A Falucha” no se le conocía padre, aunque los vecinos chismorreaban que era hija del hermano del tendero del pueblo.

En la época que vivió Pepa, los mesoneros alternaban la venta de vino, con el oficio de contrabandista, lupanar, y escondite para ladrones. El robo de cepillos, asalto a las iglesias y a los mercaderes por los caminos estaba a la orden del día. Por todos estos trances eran personas muy ricas.

Numerosas adversidades se vinculan a su biografía: las carencias económicas y materiales en sus primeros años, haber tenido que ver la violación de su madre, la muerte de esta en el momento del parto y del bebé concebido durante la violación, su orfandad y el ir a vivir con la tía Dorinda, que siendo una niña de apenas cinco años la pone a cuidar del campo y de sus ovejas, era conocida como Pepiña la pastora. Pasan los años y es cuando comenzó a forjar su propia leyenda. Un día, mientras cuidaba el rebaño, este fue atacado por un lobo. La niña de doce años lo defiende. A su lado estaba el fiel compañero, un perro palleiro llamado “Lueiro”, con el cual se enfrentó al furioso animal al que da muerte con sus propias manos. Así se ganó el sobrenombre de “Pepa a Loba”.

Algunos afirman que, Pepa era hija de Aurelio Maraño, y este sería el personaje que violó dos veces a su madre, la primera en la que la propia Pepa fue concebida, y la segunda provocaría un embarazo y terminaría con el fallecimiento de la Falucha y su bebé en el momento del parto.

Pepa se crio, por tanto, en un ambiente rural, en la Galicia profunda, a cargo de su tía Dorinda, a la que acompañaba de feria en feria para mendigar. Alternaba esta labor, con el pastoreo de unas pocas ovejas y cabras.

Hasta que decide mandarla con el tendero del pueblo (su teórico tío), para ver si podía sacar alguna compensación económica de la relación. Y convertirse en la vecina más rica de la aldea: que si un bacalao, que unos litros de aceite, que unos chorizos, que un buen trozo de tocino, que, que, que...

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