El pregón fue pronunciado a última hora de la tarde del viernes
Buenas Tardes
Sr. Alcalde Marcos Iglesias
Srs. Concejales del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.
Queridos amigos, farinatos y farinatas
Es un gran honor para mí estar esta tarde con todos ustedes, para pregonar esta III Edición de la Feria del Farinato 2024. Honor que agradezco de corazón sinceramente al Sr. Alcalde (como le transmití el día que me lo propuso) por elegirme Farinatera Mayor.
Tengo tanto que contar de este producto que vamos a ver por donde empezamos, ya que estos fogones son tan diferentes a los de mí día a día, que voy a ver si soy capaz de cocinar este pregón.
Para los que no me conozcan soy Leticia de (Restaurante Estoril). Habiendo nacido en un lugar como Ciudad Rodrigo, al igual que le pasa a otros compañeros cocineros, llevo grabado a fuego en mi ADN, el referente gastronómico más emblemático de mi tierra: el farinato. Un producto que me ha permitido desarrollar mi cocina de una forma totalmente libre, personal y única.
Un buen ejemplo de ello pudo ser el que me sucedió en 2016 cuando viajé a la ciudad de México representando a España en un encuentro Global de Cocina Tradicional, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México. Aquel día, cuando descolgué el teléfono y me propusieron la posibilidad de representar a España en dicho evento, en el cual iban a estar presentes un total de 30 países, así como varios rincones del propio país Mexicano, yo aluciné. Solo decía pero yo, “¿pero a México México? ¿Yo? Y en ese momento pensé, “pedazo de regalo que me está dando la vida”.
Pero ¿por dónde empezaba?
Lo mejor llegó cuando me dijeron que tenía que elaborar allí dos platos españoles para 250 personas cada uno.
Me propusieron que hiciera una paella y una fabada y sin pensarlo dos veces les dije ni era asturiana, ni valenciana, que yo era de Ciudad Rodrigo y, que hiciera lo que hiciera, debería llevar farinato. Y terminé preparando unos garbanzos con setas y morro de cerdo y, por supuesto, unas patatas meneás con papada y farinato. Otro día os cuento la aventura de cómo llega el farinato hasta allí…
Pero el farinato siempre ha supuesto un reto, ya que este producto no ha sido excesivamente fácil de comunicar, aunque, cuando se tiene un importante bagaje en la cocina, sí que es fácil integrarlo en diferentes platos y elaboraciones.
Partimos de la base de que nuestro querido Farinato siempre fue un producto de origen humilde que, debido a su composición, a base de manteca de cerdo, pan migado, pimentón, cebolla, ajo, sal, anises y aguardiente, se consideraba algo así como “el hermanito pobre del chorizo”. Tal llegó a ser su importancia en la gastronomía local que los habitantes de Ciudad Rodrigo, también somos conocidos como “Farinatos”.
Tradicionalmente el farinato se ha venido sirviendo acompañado siempre de huevos fritos que es la forma común de disfrutarlo. Se fríe en una sartén con bastante aceite un pedacito de farinato y se reserva, en ese mismo aceite freímos los huevos, se le puede poner unas patatas fritas para acompañar y (CHISPÚN), como dice mi amigo monaguillito. Solo hace falta comerlo con un buen pan de pueblo de esos de verdad, de los que le gustan a mi amiga “Inma Cañibano”.
Pero los tiempos cambian y, a día de hoy, podemos considerar abiertamente al farinato como un producto Gourmet y ahí es donde entra en juego mi cocina, mi evolución gastronómica y el esfuerzo para adaptarlo e integrarlo en nuevas elaboraciones y posibilidades gastronómicas. Dado que tiene una base importante de manteca, que ya de por si tiene su “saborcito” y con la cual podemos cocinar perfectamente, se puede llevar a cabo recetas como por ejemplo las perronillas y mantecados de farinato que elaboramos en Fitur y que fue algo que sorprendió y encantó a los visitantes.
Otro de los ingredientes importantes es el pimentón, que al final no deja de ser un hilo conductor que permite integrarlo en otro tipo de elaboraciones como son las Patatas meneás que hacemos en Estoril, servidas con chips de farinato, como los que probaréis esos chips más tarde.
Pero en realidad yo comencé a darle una “nueva visión” al farinato en el año 2003, en el I Concurso de tapas en el cual participamos 19 establecimientos. Elaboré en una copa de cóctel una crema de farinato, yema de huevo y espuma de clara de huevo. La verdad que fue toda una experiencia y es a partir de ahí cuando comienza mi aventura con este singular producto.
Los días van pasando por mi cocina y no hay semana que no se me ocurriera algo nuevo.
Llegó el turno del “Todo Farinato”. Un bocado compuesto por un bizcocho esponjoso de farinato, sobre él unos puntos de una crema elaborada con farinato y caldo de nuestro cocido castellano, coronado unas migas de pan frito en manteca de farinato, un toque de cítrico para refrescar cada bocado y una hojita de hinojo fresco recordando los matices anisados que contiene.
En Septiembre 2015 participamos con ese bocado en un programa de TV Castilla y león y desde ese año no paramos de producir: 100, 200, 300, 1000…….. ya ni sé los que podré haber llegado a elaborar.
Solo sé que el Todo Farinato llegó a ser el pincho que más ha viajado en la historia de Estoril. De evento en evento: Intur, Fitur, Lisboa, encuentros con touroperadores y miles de ferias y eventos y showcookings que seguro que mi antecesor Julete y mi amigo David Monaguillo recuerdan perfectamente.
Un poco más adelante desarrollamos la San Marcos de Farinato. Otro pequeño y delicado bocado de origen histórico que fusionamos con nuestro producto más emblemático.
En octubre 2019 me llamó Beatriz para participar en el XII Concurso Internacional de Pinchos y Tapas Medievales y es ahí cuando tenía claro que llevaba esa San Marcos de Farinato. Pero cual agarráos a la silla, porque cuando ya tenía elaboradas las 500 tapas hubo que cambiarlas ya que el pimentón no estaba aún en aquella época. Con lo cual me puse manos a la obra para mantener el concepto de la tapa pero extrapolarla a una “San Marcos de Paté de Ciudad Rodrigo”.
Ese mismo año en noviembre 2019 en el Concurso de cocina con Producto local de Salamanca ya participamos con nuestra San Marcos de Farinato, haciéndonos con uno de los premios de dicho certamen.
Más tarde, en diciembre de 2019, el Ayuntamiento vuelve a contactar de nuevo conmigo para participar en el recetario de As nossas Mesas que se celebraba en Figueira da Foz. Allí llegamos con varias recetas de mi cocina pero entre ellas y la más importante nuestro revuelto de farinato. Que llega a ilustrarse en el libro.
Arranca el 2020 y hasta que nos llega la pandemia. Pero en Estoril comenzamos a emitir recetas online, entre ellas muchas con farinato, para tratar de hacer los días más llevaderos a todo el mundo, usando la cocina como elemento de evasión.
Todo se alargaba en el tiempo y entre películas y series de Netflix, directos de Instragram de unos y otros. Una tarde se me ocurrió la idea de hacer Sushi adaptado a mi cocina, piezas diferentes y basadas en el producto local, entre las que triunfó nuestro Gunkan de Farinato y huevo de codorniz.
Además, viendo que todo el mundo se ponía a elaborar pan y bollería en casa, dije “esta es la mía”. Después de una tarde entera peleándome con el horno de mi casa que en la vida lo había utilizado, empecé a hacer bambas de nata, pepitos de crema… hasta que una tarde mi amigo Monaguillo me dijo: “Haz un pepito o berlina de crema pero con farinato”.
Me puse a ello y clavé la receta a la primera y lo más importante que hasta la apunté según la iba haciendo, ya que yo soy muy dada a no tomar nota y luego me pasa lo que me pasa jjjjjjjj.
En julio de 2020 participé en el I Campeonato de Tapas y Pinchos de Castilla y León junto a otros 49 compañeros. Y la “Berlina de Farinato” se coronó como la tercera mejor tapa de nuestra comunidad autónoma, que se dice pronto. Un bocado dulce-salado, compuesto por una masa de donuts muy baja en azúcar a la que aportamos la propia grasa del farinato. Dentro lleva una crema pastelera a la cual le añadimos también farinato. Y ya en frío la glaseo con lima y le añado unas escamas de sal.
Ese momento fue de locos porque no paraba de elaborar berlinas llegando a vender en un solo mes más de 500 unidades. A día de hoy aún sigo elaborándola ya que mis clientes siguen demandándonosla.
Pero esto no termina aquí, seguimos en nuestro empeño de sacarle todo el partido posible al farinato, el producto estrella de nuestra gastronomía. El que nos da nombre. El que nos hace únicos y reconocidos en todo el mundo. El que nos llena el estómago pero también el corazón. El que nos toca la fibra y nos eriza la piel. El que nos va a seguir dando infinitas alegrías como la de ver mi sueño hecho realidad, pudiendo pregonar esta maravillosa Feria del Farinato de Ciudad Rodrigo. GRACIAS DE CORAZÓN y VIVA EL FARINATO.