Como bien lo establece el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona». Proteger nuestro medio ambiente es fundamental para garantizar un planeta sano a las generaciones presentes y futuras.
Violeta Olalla
Defensora de los derechos humanos
El cambio climático es un tema de gran relevancia en la actualidad debido a sus impactos devastadores, como el derretimiento de los polos, el aumento del nivel del mar y las subidas de temperatura. Estos fenómenos ponen en riesgo la existencia de estados insulares y podría suponer la extinción de especies vegetales y animales. Ante este panorama, la necesidad de reducir estas catástrofes es cada vez más urgente. Por ello los derechos medioambientales han cobrado gran importancia, considerándose derechos humanos fundamentales. Estos derechos amparan la protección del medio ambiente y garantizan el acceso a un entorno saludable para todas las personas.
Un hecho histórico que da esperanza en la protección de los derechos medioambientales ocurrió el 9 de abril de 2024 en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos o Tribunal de Estrasburgo. La asociación Verein KlimaSeniorinnen, formada por mujeres suizas mayores de 75 años, también conocidas como las «abuelas del clima», demandó al Estado de Suiza por su inacción frente al cambio climático. Alegaron que la falta de cumplimiento de las metas del Acuerdo de París de 2015 y la ausencia de límites a las emisiones de efecto invernadero violaban su derecho a la vida, consagrado en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ya que para las personas de edad avanzada podría ser perjudicial la subida de temperaturas.
El Tribunal de Estrasburgo falló a favor de las mujeres, estableciendo un precedente histórico al considerar la inacción climática como una violación de los derechos humanos. Esta decisión podría obligar a Suiza a tomar medidas urgentes y de mayor medida para combatir el cambio climático. Por primera vez en la historia, se ha logrado utilizar la vía judicial para defender al planeta. Este caso podría servir como precedente a otros tribunales a la hora de realizar una sentencia en contra de la inacción frente al cambio climático.
El fallo del Tribunal de Estrasburgo representa un triunfo para la justicia ambiental y envía un mensaje claro a los gobiernos de todo el mundo: la protección del medio ambiente es un derecho humano fundamental y la inacción frente al cambio climático tendrá consecuencias legales. Sin embargo, este caso también pone de manifiesto la necesidad de una acción colectiva más ambiciosa y urgente. La lucha contra el cambio climático no debe recaer únicamente sobre los hombros de unos pocos activistas o grupos vulnerables. Es responsabilidad de todos los ciudadanos, gobiernos e instituciones trabajar juntos para construir un futuro sostenible para las generaciones presentes y futuras.
Si bien el caso de las abuelas del clima ha sido un hito importante, la lucha por los derechos medioambientales aún tiene un largo camino por recorrer. Ese mismo día, un grupo de jóvenes portugueses denunciaron a 32 países, entre los cuales se encontraba España, por el mismo motivo por el que lo hicieron las abuelas del clima. Declarando que su derecho a la vida se veía afectado por la inacción climática de estos países, debido a las subidas del nivel del mar y al ser Portugal un país con costa, las viviendas de muchos ciudadanos se encontraban en peligro. Por otro lado, comunicaron que su generación se vería mucho más afectada debido a estos hechos. Al contrario que en el caso de las abuelas del clima, esta declaración se declaró inadmisible debido a que los ciudadanos portugueses no habían agotado todos los recursos nacionales antes de denunciarlo frente al Tribunal de Estrasburgo. Esto ha causado un gran revuelo ya que se encontraban respaldados por numerosas ONG y personajes de importancia en esta lucha, como Greta Thunberg.
Como conclusión, la protección del medio ambiente es esencial para garantizar el disfrute de los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, la salud y un nivel de vida adecuado. El fallo del Tribunal de Estrasburgo a favor de las abuelas del clima representa un paso importante en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer. Es necesario un compromiso global y una acción colectiva urgente para combatir el cambio climático y construir un futuro sostenible para todos.
Como bien lo establece el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona». Proteger nuestro medio ambiente es fundamental para garantizar un planeta sano a las generaciones presentes y futuras.
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