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Así era la vida en los “pisos de estudiantes” de Salamanca del siglo XVI
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Así era la vida en los “pisos de estudiantes” de Salamanca del siglo XVI

Actualizado 02/05/2024 12:55

Un artículo del catedrático de Historia y experto en Historia de la Universidad de Salamanca Luis Enrique Rodríguez-San Pedro Bezares bucea en los tipos de alojamiento universitario de hace más de 400 años

En Salamanca hay una escena que se repite desde hace siglos. Miles de estudiantes arrastran maletas cada septiembre buscando un hogar en el que habitar mientras estudian una carrera. Residencias, colegios mayores, pisos de estudiantes: hay opciones para distintos poderes adquisitivos y preferencias. Luis Enrique Rodríguez-San Pedro Bezares, catedrático de Historia y experto en Historia de la Universidad de Salamanca, ha investigado sobre los alojamientos para estudiantes de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Alrededor de un centenar de alumnos vivían en pupilajes. Un bachiller tutelaba a un pequeño número de estudiantes que vivían en su casa y se responsabilizaba de sus “estudios, crianza, alimentación, religiosidad, moralidad y costumbres”, explica el artículo. Eran fundamentalmente juristas de entre 15 y 23 años.

El pupilaje medio resultaba caro para la mayoría de los estudiantes, aunque la tarifa variaba en función de si incluía criado o no. Respecto a la alimentación, el menú de los pupilajes más modestos incluían fruta seguida en ciertos casos de algún asado, “como solomo de puerco, torreznos lampreados o longaniza; o bien un platillo de caldo de nabos”. La cena también comenzaba con fruta de temporada o pasas, seguida de ensalada de lechuga, escarola, zanahorias o cardo. A continuación, solían comer carnero o cabrito. El menú de los pupilajes más lujosos era más variado y abundante, incluyendo huevos, pescado o perdices.

Hacia finales del siglo XVI, según recoge Rodríguez-San Pedro, de los algo más de 5.000 estudiantes en la Universidad de Salamanca, los matriculados como residentes en colegiales y monasterios eran unos 431. Una de estas instituciones era el Colegio San Bartolomé, reconstruido como el Palacio de Anaya (actual Facultad de Filología) tras el terremoto de Lisboa. Fue fundado en 1401 como una fundación para permitir el estudio de jóvenes inteligentes con pocos recursos. Pero el prestigio que daba haber estudiado en un colegio mayor de Salamanca hizo que hacia finales del siglo XVII sus plazas fueran ocupadas por hijos de familias nobles o acomodadas, lo que rebajó notablemente el nivel de los estudios. Para los estudiantes modestos, a menudo criados de los nobles, se construyó la Hospedería de Anaya, que hoy es la sede de los Departamentos de Filología Moderna (con sus áreas de Alemán, Italiano, Portugués y Asia Oriental) y Filología Francesa.

¿Dónde vivía el resto de los estudiantes de la Universidad de Salamanca? Rodríguez-San Pedro detalla en su investigación que algunos “eran vecinos de la ciudad o tenían familiares o amigos en ella; otros alquilaban casa individual para vivir con sus criados, ayo o ama de gobierno; otros habitaban casa alquilada en forma de "república de estudiantes" o "compañía", pagando "pro rata" y atendidos por sus criados o algún ama de gobierno contratada”.