Este material, conocido comúnmente como "uralita", por el nombre de la empresa que lo fabrica, se trata de un fibrocemento dañino para la salud. Aunque muchos de los hogares construidos antes del 2002 lo contienen, no siempre es fácil detectarlo y retirarlo.
La Unión Europea (UE) prohibió terminantemente el uso del amianto en el año 2005. Sin embargo, todavía existen edificaciones y estructuras que lo contienen. El problema radica en que, si se deterioran o manipulan, se liberan unas fibras que al ser inhaladas ponen en riesgo nuestra salud, ya que se podrían ocasionar lesiones pulmonares y cáncer en las personas expuestas frecuentemente a ellas.
Este material se ha empleado de forma masiva en muchas construcciones durante décadas. Es muy habitual encontrarlo en las tuberías antiguas, sin embargo, es conveniente saber que la retirada de uralita es una obligación y cómo actuar para evitar sanciones o problemas legales. La normativa establece estas cuestiones y quién debe encargarse de este procedimiento.
En nuestro país, se prohibió el uso y comercialización del amianto en el 2002, tras la modificación del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, sobre las limitaciones de las sustancias peligrosas. Conozcamos los detalles más importantes sobre la normativa y su retirada profesional.
Este material, conocido comúnmente como "uralita", por el nombre de la empresa que lo fabrica, se trata de un fibrocemento dañino para la salud. Aunque muchos de los hogares construidos antes del 2002 lo contienen, no siempre es fácil detectarlo y retirarlo.
Esta sustancia peligrosa suele estar presente en los bajantes, depósitos y tejados de los edificios o viviendas. Puesto que la vida útil, según la normativa, puede llegar a su término, porque ya han pasado más de 22 años, lo mejor es ser previsores y actuar en consecuencia.
La ley integral del amianto establece disposiciones relacionadas con la seguridad y salud, que son aplicables en estos trabajos. Concretamente, en el Real Decreto 396/2006 se establecen algunos aspectos claves sobre la retirada, estrategia, la duración, las mediciones, el muestreo, el análisis en los laboratorios, etc.
Un aspecto fundamental es que cualquier persona no puede actuar libremente y retirar el amianto a su voluntad. Este trabajo lo debe realizar una empresa especializada y autorizada en esta materia. Estos son algunos de los requisitos necesarios para poder acometer estas actuaciones:
En conclusión, la retirada de amianto es obligatoria en nuestro país, sin embargo, para un asesoramiento personalizado, lo más conveniente es ponerse en manos de una empresa autorizada. Estos expertos llevan décadas prestando servicios de pocería profesional y su objetivo es garantizar y salvaguardar el buen funcionamiento de los tubos y desagües para evitar la exposición a este material amenazante para la salud.