Una afección del estado del ánimo que cursa en fases y que puede generar una euforia desmedida o un episodio depresivo
Salud Mental Salamanca–AFEMC se suma hoy, 30 de marzo, al Día Mundial del Trastorno Bipolar con el propósito de concienciar y dar mayor visibilidad a una afección que se caracteriza por fluctuaciones bruscas y persistentes en el estado de ánimo que van desde la euforia patológica a la depresión, sin que estas estén relacionadas directamente con factores ambientales.
Este problema de salud mental cursa por episodios o fases. Principalmente existen dos tipos de fases: las depresivas y las maníacas. Cuando hacemos referencia a períodos de manía nos referimos a una elevación drástica del estado de ánimo y/o energía. Durante dichos periodos la sintomatología más característica denota por una disminución de la necesidad de dormir, aumento de la energía, irritabilidad, inquietud, hiperactividad, euforia, aumento de la velocidad del pensamiento, entre otros. Por otro lado, en la fase depresiva aparece un estado de ánimo muy triste, cansancio, aumento de horas de sueño o, por el contrario, insomnio, pérdida de ilusión por las cosas, ansiedad, apatía, baja autoestima, desesperanza, pesimismo e incluso ideas de muerte.
Cuando nos referimos a este problema de salud mental resulta imprescindible definir factores de riesgo y protección que pueden influir en el transcurso del trastorno. Entre los factores de riesgo encontramos los genéticos, las influencias ambientales, el consumo excesivo de sustancias e incluso situaciones que causan altos niveles de estrés. Respecto a los factores de protección es crucial rodearse de un ambiente social de cuidado y ayuda, puede ser un gran apoyo para detectar cambios en el estado de ánimo de la persona afectada. También, mantener una vida ordenada y estructurada, con hábitos y rutinas bien establecidas que favorezcan la regulación de los estados del ánimo. Asimismo, la correcta toma de la medicación junto con el apoyo terapéutico oportuno y el mantenimiento de unos hábitos de vida saludables son fundamentales para lograr la estabilidad psicopatológica necesaria para conseguir una mayor calidad de vida.
Es importante señalar la importancia del trabajo con los familiares, no solo para ofrecer apoyo y comprensión, sino para darles información y asesoramiento para el manejo de situaciones de crisis, resolución de conflictos, prevención de recaídas y mantenimiento de los periodos de estabilidad. Por último, es fundamental destacar que, a pesar de tratarse de un problema de salud mental crónico, episódico y recurrente, con el tratamiento farmacológico y terapéutico adecuados, es posible lograr que la persona que lo padece se mantenga estable durante largos períodos de tiempo y pudiendo llevar una vida óptima y funcional.
Desde Salud Mental Salamanca recomiendan acudir a un profesional de referencia: psicólogo o médico de cabecera e incluso desde la entidad pueden ofrecerte ayuda especializada e individualizada. Con el fin de crear hábitos saludables y mejorar la calidad de vida de la persona, Salud Mental Salamanca ofrece diferentes programas y servicios que fortalecen la sociabilización y fomentan la creación de rutinas.