Este hallazgo abre la puerta a un tratamiento más personalizado
La última publicación del grupo dirigido por Jesús Pérez Losada, uno de los investigadores principales del Centro de Investigación del Cáncer (CSIC-Universidad de Salamanca) demuestra la importancia de NCAPH en la progresión del cáncer de mama luminal A, resaltando su papel no solo como un marcador de mal pronóstico, sino también como un participante activo en la mala evolución de la enfermedad.
Este hallazgo proporciona un entendimiento más profundo de los mecanismos moleculares subyacentes en este subtipo de cáncer de mama y abre la puerta a un tratamiento más personalizado.
El propósito de este estudio es perfeccionar la clasificación de los tumores de mama luminales A para determinar con exactitud aquellos casos con un riesgo elevado de recaída, tanto a corto plazo —donde inusualmente se presentan debido a su generalmente favorable pronóstico— como, de manera particular, a largo plazo. Esta iniciativa se origina en la constatación de que este subtipo de cáncer de mama es propenso a recidivas más allá de los 10 años posteriores al diagnóstico inicial. De esta forma, se busca que los pacientes diagnosticados con un tumor luminal A en etapa temprana puedan recibir beneficios de la quimioterapia desde el inicio, y en aquellos con más riego de recaída a más largo plazo, extender la duración de la quimioprevención secundaria.
Este estudio ofrece perspectivas prometedoras para la aplicación en la medicina personalizada del tratamiento del cáncer de mama luminal A. Se ha descubierto que los niveles de expresión del gen que codifica la proteína NCAPH, esencial para la correcta condensación de los cromosomas durante la mitosis celular, junto con otros nueve genes vinculados a su sobreexpresión, conforma una firma genética relacionada con un pronóstico desfavorable en este subtipo de cáncer. Esta asociación se corroboró mediante la utilización de modelos animales genéticamente modificados y el análisis epidemiológico retrospectivo en diferentes grupos de pacientes. Estos hallazgos sientan las bases para un estudio prospectivo de validación que, de confirmar la eficacia de esta firma genética, allanaría el camino hacia su implementación en la práctica clínica.
Generalmente, el tumor luminal A, al estar asociado con un buen pronóstico, recibe un tratamiento menos agresivo. Sin embargo, existe un porcentaje de estos tumores que mostrará una evolución desfavorable. Estos marcadores podrían utilizarse para identificar a pacientes con este tipo de tumor de mala evolución que se beneficiarían de tratamientos más agresivos desde el inicio, mejorando así las estrategias terapéuticas y los resultados de salud para este grupo de pacientes.