Entre los países pertenecientes a la ONU, el matrimonio igualitario sólo ha sido aprobado por 30 de los 193 países miembros. Es un dato muy desolador, ya que son muy pocos los que contemplan este hecho. Esta cifra debería ser mucho más elevada teniendo en cuenta que es una organización que fue creada con el espíritu de promover la igualdad entre todos los seres humanos del mundo.
Andrea Jiménez Blanco
Activista por los derechos humanos
El pasado 15 de febrero se aprobó en Grecia una ley que permite el matrimonio homosexual. De esta forma, Grecia se ha convertido en el primer país cristiano ortodoxo en contemplarlo. Esta ley, además, también contempla la adopción por parte de las parejas homosexuales. Todo ello no ha sido nada fácil, ya que Grecia es un país en el que existe mucha oposición.
El verano pasado se celebraron las elecciones parlamentarias en Grecia, donde salió como ganador Mitsotakis, convirtiéndose en el primer ministro del país. Con ello venía el cumplimiento de una promesa, la de legalizar el matrimonio homosexual y la respuesta del primer ministro fue que se iba a cumplir lo antes posible.
Es curioso cómo esta propuesta es realizada por un partido de derechas. En la mayor parte de los países europeos, y en concreto en España, en los partidos de derechas existe una fuerte oposición hacia los derechos del colectivo LGTBIQ+ compartida por unas Iglesias que no toleran el matrimonio igualitario.
En Grecia existe una gran oposición por parte de una importante porción de los ciudadanos hacia la aprobación de esta ley ya que, según los resultados de diversas encuestas realizadas, la mayoría está en contra de la legalización. Además, dentro del propio partido de gobierno también existe división, ya que alguno de los ministros ha votado en contra o se ha abstenido. Asimismo, en este país la Iglesia ortodoxa tiene una fuerza fundamental y su posición frente a esto es muy clara, ya que han declarado la necesidad de los niños de crecer con un padre y una madre, hombre y mujer respectivamente, y que para ellos esto no puede cambiarlo ninguna dirección política. Por otro lado, la aprobación de la ley contaba con el apoyo indiscutible del partido de izquierdas liderado por Kaselakis, que está totalmente a favor y ha luchado firmemente por que finalmente la ley sea aprobada.
En la ciudad de Atenas se produjeron diversas manifestaciones mostrando el rechazo a esta ley que permitiría el matrimonio entre personas homosexuales, en su mayoría convocadas por grupos ultraortodoxos. Estos no consideran que el libre desarrollo de la sexualidad con personas del mismo sexo sea un derecho humano, al contrario de lo que defiende el primer ministro Mitsotakis, que reitera su posición argumentando que no se puede aceptar que haya ciudadanos que tengan menos derechos que otros.
Un paso importante que ofrece esta ley es en relación con los hijos de estas parejas. Como ya hemos dicho anteriormente, se va a permitir la adopción por parte de las parejas homosexuales, pero lo más importante es que con esta ley se reconoce a los dos cónyuges como tutores legales de los hijos, ya que anteriormente sólo se le reconocía esto al padre biológico. Esto representa un gran avance, pues anteriormente había muchas trabas, por ejemplo, a la hora de recogerlo del colegio, de acompañarlo al hospital, de realizar viajes, etc. A pesar de esta mejora para las parejas homosexuales, todavía existe una traba y es que la reproducción asistida no está contemplada en la nueva ley.
A pesar de que esto constituye una gran evolución para la sociedad griega, es increíble cómo este tipo de cosas se siguen debatiendo en pleno 2024. Este debate debió quedar zanjado años atrás, ya que es una cuestión que afecta a los derechos humanos. En la Declaración Universal de Derechos Humanos se aboga por la igualdad entre todos los seres humanos y eso debería incluir que todas las personas puedan unirse en matrimonio, libre e independientemente de su orientación sexual.
Esta declaración proclama en su segundo artículo que todas las personas son poseedoras de los derechos y libertades que se proclaman en la Declaración sin distinción por sexo, raza, religión u opinión política. Por tanto, las personas homosexuales deberían de gozar de los mismos derechos que las personas heterosexuales.
Entre los países pertenecientes a la ONU, el matrimonio igualitario sólo ha sido aprobado por 30 de los 193 países miembros. Es un dato muy desolador, ya que son muy pocos los que contemplan este hecho. Esta cifra debería ser mucho más elevada teniendo en cuenta que es una organización que fue creada con el espíritu de promover la igualdad entre todos los seres humanos del mundo.
Aun así, hay un dato todavía más desolador: setenta y siete estados que forman parte de la ONU ilegalizan la actividad sexual consensuada entre personas adultas del mismo sexo, y al menos siete la castigan con pena de muerte. Es intolerable que en el año 2024 se siga criminalizando el libre desarrollo de la sexualidad y el poder amar libremente a la persona que desees.
El primer país miembro de la ONU en legalizar el matrimonio homosexual fue Países Bajos, que lo hizo en 2001. En Europa se encuentran la mayor parte de países que lo han legalizado, como Portugal (2010), Dinamarca (2012), Alemania (2017), Austria (2019), etc. El último país en legalizarlo fue Cuba en 2022. En España el matrimonio homosexual se aprobó en 2005, convirtiéndose en el tercer país del mundo en legalizarlo. Bélgica ocuparía la segunda posición.
En conclusión, es necesario que todos los países de la ONU contemplen la legalización del matrimonio homosexual, ya que esto constituye una cuestión de derechos humanos muy importante en relación con la consecución de la igualdad para todas las personas.
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