Miércoles, 09 de octubre de 2024
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El Bansky de Santa Marta preocupado por el océano
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Rober Bece, artista mural

El Bansky de Santa Marta preocupado por el océano

Actualizado 08/03/2024 08:55
Redacción

Las calles del municipio son una verdadera galería de arte urbano que tiene como una de sus principales firmas a este premiado y prometedor autor.

Es uno de los responsables de que Santa Marta sea un museo de arte urbano al aire libre. Su mural ‘Respira’, en una de las fachadas de la calle Villalar, ha conseguido clasificarse como segundo mejor mural del mes de enero en Streets Art Cities, una plataforma internacional de arte callejero. Rober Bece (Roberto Becerro) es el autor de varias de las obras que se pueden contemplar al pasear por el municipio. ‘Sueña’, un mural dedicado a Javi Gallo, un vecino de Santa Marta que padece piel de mariposa; la ardilla ‘Ria!’ que saluda a los viandantes bajo el puente de la Isla del Soto; o ‘Abismo’, un juego de perspectiva que simula un aterrador puente, son algunos de los murales que muestran el talento del joven y su preferencia por los colores intensos.

El trabajo de Rober Bece ha merecido varios reconocimientos: además del segundo mejor mural del mundo en el mes enero por Streetar, el primer premio en Santam'Arte. “A nivel profesional es una alegría que te nominen a este tipo de premios con los mejores murales del mundo. Te da visibilidad”. Una difusión que emana desde su municipio, pionero en este proyecto de arte mural respaldado por su Ayuntamiento. “Santa Marta se está convirtiendo en referente del arte urbano gracias a la galería, que va creciendo constantemente con obras muy buenas y se quiere apostar por ello. Paseas por el pueblo y en cada rincón vas encontrando obras”. En este museo al aire libre en el que se ha convertido Santa Marta se pueden encontrar obras de artistas como Caín, Daniel Martín o Noelia Rivas.

Aunque Rober Bece ha sido un apasionado del dibujo y la pintura toda su vida, dio el salto al gran formato en pared tras ganar un concurso de su localidad. Este diseñador gráfico es autodidacta y se expresa artísticamente de forma espontánea. “Siempre es un reto, por el soporte y el tamaño”. Como artista manifiesta un fuerte compromiso social y medioambiental y dentro de estos murales de gran tamaño transmite un mensaje. “Por ejemplo, en el barrio del Oeste, pinté un mural para llamar la atención sobre la protección de las abejas. En Santa Marta, tengo varios sobre el tema del mar y de los plásticos. Me gusta mucho la naturaleza y bucear e intento siempre reivindicar que cuidemos nuestro entorno. ¿Ha perdido el arte urbano ese carácter de protesta con el que nació? “Depende del contexto, es muy relativo. Hay lugares donde sí es reivindicativo y otros en los que es más una propuesta estética y creativa; ha cambiado, observa.

En cualquiera de los casos, se trata de un arte temporal, que presenta problemas de mantenimiento por la erosión de los agentes externos. Su exposición al aire libre provoca el deterioro de la pintura. “La conservación depende del edificio o del soporte. Puede durar muchos años y tener una vida fuerte, pero eso no se puede prever”, afirma, al tiempo que llama la atención sobre otros factores, como la construcción de un nuevo edificio que tape la obra, que afectan a la perspectiva.

El proceso de creación de un mural de los tamaños que trabaja Rober Bece comienza desde el papel y el lápiz en un boceto. “Lo más complicado al principio son las proporciones, es decir, encajar todo en la pared. Una vez hecho, no tiene mayor dificultad”, confiesa. Los artistas urbanos deben atender, además, a la circunstancia de las características particulares de la pared. “Cuando te encargan un mural, tú juegas con el propio relieve del edificio, con su estructura. Tienes que tener en cuenta el soporte: ladrillo, piedra, etcétera, y la forma —si aquí tengo una ventana, por ejemplo—. Tú puedes tener un boceto preparado, pero luego hay que adaptarlo al espacio”, explica.

Si pudiera elegir, ¿dónde pintaría un mural Rober Bece? Aunque el artista se siente satisfecho con los logros obtenidos hasta el momento en su carrera artística, reconoce que le encantaría “hacer un Londres, un Nueva York. De momento se muestra feliz con el camino recorrido. “Voy poquito a poco”.

Rober Bece es representante de una modalidad artística que lleva décadas, y puede presumir de haber intervenido siempre en el espacio público o particular (negocios, viviendas) a través de encargos. Es decir, nunca ha actuado por su cuenta al margen de las normas. Son las instituciones, las asociaciones o los propios vecinos quienes acuden a él para llenar de color y de nuevas perspectivas sus paredes.