, 05 de mayo de 2024
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Cientos y cientos de personas, de hasta 103 años de edad, degustan el gran guiso de Piñata
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CIUDAD RODRIGO | DOMINGO DE PIÑATA

Cientos y cientos de personas, de hasta 103 años de edad, degustan el gran guiso de Piñata

Actualizado 18/02/2024 22:22
David Rodriguez

Todos aquellos que quisieron pudieron quedarse a comer en el Pabellón de Conde de Foxá

Concluida la capea desarrollada en el Registro, unos cuantos espectadores de la misma pusieron rumbo directo al entorno del Pabellón de la Avenida Conde de Foxá para ponerse a la cola (en la cual a las 12.00 horas ya había alguna persona) que tenía como finalidad recibir un plato del emblemático guiso de carne con patatas del Domingo de Piñata de Ciudad Rodrigo.

El gran guiso preparado por el equipo del chef José Luis Benito constó de 600 kilos de patatas (que se estuvieron pelando y troceando en la tarde sabatina) y 340 kilos de carne (pertenecientes a dos de los toros carnavaleros), que se estuvieron cocinando a lo largo de la mañana en el patio del Colegio San Francisco en una cazuela/paellera gigante. La hora prevista para arrancar el reparto de la comida eran las 14.30 horas, pero se retrasó de forma obligada unos minutos, hasta que el guiso estuvo totalmente a punto.

En ese momento, se abrió la puerta del patio del Colegio San Francisco, para que fuesen pasando a por un plato todos aquellos que quisieron (la mayoría en familia o con amigos). Como es costumbre, buena parte de las personas situadas en la parte delantera de la cola llevaban tuppers, ollas o cazuelas, con el objetivo de coger varias raciones e irse a comer el guiso a sus casas.

La gran mayoría optó por comer dentro del Pabellón, especialmente en las mesas y sillas habilitadas a tal efecto. Dentro del Pabellón estuvo funcionando la barra de bar, donde se pudieron comprar bebidas (con el guiso se daba únicamente el pan, los cubiertos y una servilleta), pudiéndose ver a varias personas que se habían traído las suyas de casa. En conjunto, dieron buena cuenta del guiso cientos y cientos de personas de todas las edades (incluidas varias de acento extranjero), desde un niño en carrito de bebé hasta un señor de 103 años de edad, según él y su familia comentaban en la cola.