En los eventos de la tarde participaron únicamente dos astados
La sesión de festejos taurinos populares de la tarde del Lunes (compuesta de una capea y un desencierro) fue totalmente contrapuesta a la de la mañana (integrada por el encierro, una capea y un desencierro): si antes de comer, los eventos fueron largos en duración, pero muy entretenidos (cada uno a su manera), los de la tarde fueron fugaces y bastante insulsos.
Para empezar, la capea se desarrolló casi ‘a contrarreloj’, por lo tarde que era (empezó pasadas las 19.30 horas), contando con dos astados, uno de los cuales salió en dos ocasiones, sin llegar a hacer nada relevante (recortadores y maletillas tampoco quisieron saber de él). Entre salida y salida de ese toro, salió otro, que se movió un poco, pero sin causar entusiasmo (apenas salió un maletilla a medirse con él).
Pese a lo tarde que había empezado, la capea no se extendió demasiado, hasta las 20.10 horas, dando paso al desencierro de los dos mismos toros, que fue fugaz, yendo los astados ‘directamente’ desde la Plaza Mayor hasta los Toriles de San Pelayo en escasos 4 minutos, dándose por finalizado a las 20.19 horas.
En lo que respecta al apartado sanitario, lo más relevante de la tarde fueron dos traslados al Centro de Salud, de una mujer de 53 años de Villasrubias que había sufrido una bajada de tensión; y de una persona de Ciudad Rodrigo (no se han facilitado más datos personales) por una luxación de codo. Por la mañana, también fueron llevadas al Centro de Salud dos mujeres: una madrileña de 89 años por un dolor epigástrico y fatiga; y una portuguesa de 69 años con golpes en la nariz, la muñeca y la rodilla.