El control de las importaciones, un etiquetado claro, la investigación y la lucha contra la varroa, unido a los problemas con el clima, los altos costes de producción y los bajos precios del precios de los productos, provocan el abandono del sector
La necesidad de un etiquetado claro, que “poco a poco se va consiguiendo” para la miel, la inversión en la investigación para luchar contra la varroa y la necesidad de controlar las importaciones de terceros países que los están “llevando a la ruina”, son las reivindicaciones del sector apícola, según ha explicado el presidente de la Asociación de Apicultores Salmantinos, Castor Fernández, en el marco de la XII Jornada Apícola.
Acompañado por los presidentes de Asaja Salamanca y de Castilla y León, Juan Luis Delgado y Donaciano Dujo, respectivamente, el presidente de los apicultores salmantinos ha aludido al descenso del número de productores de la apicultura salmantina, que se ven obligados a abandonar sus explotaciones, al dejar de ser rentables, y pese a su vocación.
Castor Fernández ha aludido también al clima adverso, con la sequía que en 2023 “ha sido un desastre”, con una producción de miel del 50% y de polen del 20%. Escasa producción a la que se suman unos precios de los productos a la baja. “Ahora mismo tenemos el 50% de la producción de miel sin vender”, ha afirmado, dejando claro que no están en contra de las importación, pero “meten como miel productos que no lo son”, porque venden un kilogramo a 1,61 euros cuando el coste de producción es de 3 euros.
Otro de los problemas que afecta al sector es el del veterinario en la explotación, ya que los apicultores tienen sus colmenas repartidas por España y “es imposible” que un veterinario “nos vea todas”, por lo que “hay que ver con la Administración cómo se regula ese tema”.
El presidente de Asaja Salamanca ha recordado que el apícola es el sector “más ecológico” que existe, es el “garante del medio ambiente” y no la imagen que “pretenden mostrar” de los ganaderos. Por su parte, el responsable de Asaja de Castilla y León ha repasado las complicaciones para este sector durante el pasado año, con numerosas dificultades por la sequía, los gastos de producción y la dificultad de “mostrar la calidad de la miel”.
En Salamanca, ha informado, existe unas 350 explotaciones apícolas con alrededor de 270.000 colmenas y ha insistido en la necesidad de la que la UE clarifique el etiquetado de la miel, para que los consumidores sepan con claridad “cuál es la de aquí”, resaltando la calidad y el coste, así como las garantías sanitarias de la miel de Salamanca, de Castilla y León y de España.
Además ha incidido en aumentar el control de las importaciones de terceros países que entran a España, “muchas veces por Portugal, aunque sean chinas”, la investigación y control, de la varroa, así como el beneficio medioambiental de la apicultura y el papel que juegan los apicultores. También exige ayudas al sector por la sequía y el mayor aumento de los costes de producción