Durante la misa se conmemoró el nacimiento de Jesús con el encendido de velas por parte de niños y jóvenes
La Iglesia Católica vivió en la medianoche del domingo al lunes uno de sus momentos más solemnes de todo el año: la celebración del Nacimiento de Jesucristo, enmarcada en la emblemática Misa del Gallo, que se ofició en varios templos de Ciudad Rodrigo. La más especial tuvo lugar en la Parroquia de San Andrés, donde por segundo año consecutivo, estuvo acompañada por la representación de un auto sacramental, titulado en esta ocasión El nacimiento de Jesús en Belén.
Este auto sacramental, con varias escenas protagonizadas por jóvenes (que se metieron en los papeles de la Virgen María, San José y el Ángel), estuvo guiado por los cantos del Coro Joven de la Parroquia, varios de cuyos integrantes también ejercieron como narradores. Dentro de este auto sacramental se resaltó la figura de San Francisco de Asís, al hilo del Año Jubilar con motivo del 8º Centenario del Belén de Greccio, el primer belén de la historia, que fue creado por el Santo de Asís en 1223.
Finalizado el auto sacramental, los fieles que llenaron la Iglesia de San Andrés asistieron a la Misa del Gallo en sí, durante la cual fueron rociados con agua bendita al inicio (durante el rito penitencial). Después de las lecturas, se conmemoró el nacimiento de Jesús, de la mano de niños y jóvenes con velas encendidas mientras las luces del templo permanecían apagadas. A partir de ahí, se cantó el Gloria, repicaron las campanas y se hicieron sonar las esquilas.
Como remate de la Misa, se produjo la adoración de la imagen del Niño Jesús, y a su conclusión, todos los que quisieron pudieron compartir un brindis en los salones parroquiales.