En la actualidad está formada por cuatro voluntarios, por lo que su futuro está condicionado a que se sumen nuevas personas que compartan los mismos valores
Hablar de voluntariado en la actualidad nos lleva a pensar casi siempre en personas que ayudan a otras muy lejos de nuestro entorno, pero la realidad es que también existen personas que desarrollan esos mismos valores muy cerca de nosotros, que se entregan a los demás sin esperar nada a cambio, a los que simplemente les vale una sonrisa o un abrazo de quien en un momento de sus vidas encontraron en ellos el alivio o el apoyo emocional tras sufrir cualquier desgracia. Son voluntarios de verdad, a los que no les hace falta ningún incentivo económico para ayudar a los demás, para hacer una sociedad mejor por la simple satisfacción personal de haber contribuido a ello.
Y ese es el objetivo de quienes desde hace 24 años han pasado por la Agrupación de Protección de Civil de Vitigudino, voluntarios de verdad cuyos valores puso sobre la mesa su principal impulsor, Luis Diosdado, y que aún hoy se conservan intactos, como recuerda Paqui Arroyo Vegas, actual coordinadora y fundadora también de esta Agrupación allá por el año 1999.
Desde entonces muchas han sido las personas voluntarias que han pasado por la Agrupación de Protección Civil de Vitigudino (APCV), pero no es fácil llegar a esos 24 años sin ayuda, un reto para el que Paqui ha contado con su pareja, José Manuel Ildefonso Martín, conocido por todos como 'Rafa', aunque casi nadie sepa de dónde le viene el sobrenombre. Así pues. Rafa y Paqui son los dos únicos voluntarios de Protección Civil que permanecen en su puesto desde la creación de la Agrupación en 1999, por lo que conocen bien su historia, también el escaso apoyo con el que casi siempre han contado a pesar de su disposición para colaborar en todo aquello para lo que se les ha requerido, lo que por momentos les ha hecho sentirse como si fueran el 'Patito feo' a pesar de no haber pedido nunca nada más que lo necesario para hacer su trabajo, y algunas veces ni eso, “lo hemos comprado nosotros”, señala Paqui en referencia al interior del botiquín. Junto a ellos, en estos momentos están en la Agrupación María Teresa Pérez Paz, procedente de Mieza y que hace unos años cogió el testigo de su hijo; y Luis Miguel Conde Gonzalo, procedente de Cabeza del Caballo y que se incorporó hace un año con su dron, lo que ha dado a la APCV un valor añadido.
La APCV ha estado en este tiempo en la celebración de eventos durante las fiestas de Vitigudino, en marchas senderistas o rutas BTT, también en otros municipios de la comarca, porque la labor de la APCV va mucho más allá de Vitigudino, en incluso de su comarca, como recuerda Paqui tras su participación en la limpieza del 'chapapote' en Galicia en el año 2002 o los incendios del verano de 2022 en la zona de Monsagro. Además, colaboran con la Guardia Civil en la búsqueda de personas desparecidas, de hecho el año pasado fue Luis Miguel quien con su dron logró dar con el cuerpo de un hombre desparecido en Masueco, desgraciadamente ya fallecido, una intervención que tuvo como consecuencia positiva la incorporación de Luis Miguel a la APCV, pues en aquel caso actuaba como una persona más.
Nunca es grato recordar hechos luctuosos o desagradables en los que han participado como la búsqueda del forestal que fue arrastrado con su coche por la corriente del agua en Cabeza de Framontanos en diciembre de 2022, momentos duros entre los que Paqui guarda el semblante de personas mayores afectadas por el incendio del año pasado en la zona de Monsagro, “personas mayores que lloraban sobre nuestro pecho pensando que iban a perder lo poco que tenían para dejarle a sus hijos. Aquello te llegaba al alma”, recuerda. Y de momentos tan inenarrables como aquellos surge después el motivo que empuja a los voluntarios de la APCV a seguir dando la cara y a ayudar a los demás, porque “la satisfacción que sientes después, cuando te reconocen en otro lugar y se acuerdan que estuvistes a su lado, es lo que hace que sientas que hiciste algo especial”. Para 'Rafa', uno de esos momentos duros fue ver en La Fuente de San Esteban, en 2020, los rostros de decenas de personas, de muy avanzada edad, “cuando iban a vacunarse del COVID sin apenas poder andar y sin ayuda de nadie. Es algo que no puedo olvidar”, asegura.
En reconocimiento a su labor en varios de estos episodios, la APCV ha obtenido el agradecimiento, en forma de placas, de la Junta de Castilla y León, por su participación en los incendios acaecidos en el verano de 2022; y de los ayuntamientos de Vitigudino y de Cipérez por su colaboración en la lucha contra el COVID, reconocimientos que agradecen y que les ayudan a continuar a pesar de saber que “nunca se le ha dado el valor que merece a lo que hacemos”, por lo que quizá esta sea la causa principal por la que en la actualidad la APCV pase por uno de sus más difíciles momentos en cuanto a número de voluntarios.
Aunque en estos momentos son cinco los voluntarios inscritos, el número real de activos es de cuatro, Paqui, Rafa, Tere y Luis Miguel, por lo que consideran necesario que se sumen nuevos voluntarios para poder seguir prestando su ayuda a la sociedad, una labor que a pesar de no estar muy reconocida “engancha”, pues como señala Tere, “si no vengo parece que me falta algo”. Para Rafa, “la mayor satisfacción de lo que haces como voluntario de Protección Civil es que estás contribuyendo para que al final todo salga bien, y eso es lo que te llevas porque aquí nadie cobra un euro”, mientras que Paqui destaca que “mi mayor satisfacción es ayudar a la gente”, a lo que Luis Miguel añade que “para ser voluntario de Protección Civil te tiene que gustar ayudar a la gente”, porque no hay otra ni mayor recompensa para sus voluntarios que la gratitud de quienes han ayudado cuando lo han necesitado, es por tanto su labor una vocación de auténtica de entrega a los demás y que les gustaría seguir realizando en el futuro con un mayor número de personas que tienen sus mismos valores.