Expone una nota municipal de esta semana “La Fundación Aviva, COCEMFE Castilla y León y Salamanca de Transportes firman un convenio para crear nuevas actuaciones destinadas a mejorar la accesibilidad en el transporte público de Salamanca”, lo cual está muy bien. Siempre he dado por supuesto, con un Ayuntamiento tan centrado en estimular la participación ciudadana, la habitual presencia de colectivos ciudadanos aportando a las políticas municipales la perspectiva de la diaria realidad fuera de un despacho. En especial de colectivos específicos con problemas también determinados. O no tanto. Quizás estemos ante una “vuelta de tuerca” participativa.
La nota básicamente habla de divulgar, sensibilizar o formar, sin embargo también contiene la sorprendente “se comprometen a estudiar y atender las peticiones de ayuda e información, así como las quejas y reclamaciones que las personas con discapacidad hayan planteado.” No se entiende esto como materia de convenio, más bien obligación cotidiana de un servicio público municipal, pagado, beneficio empresarial incluido, por toda la ciudadanía salmantina. Es lógico esperar una minuciosa dedicación a la calidad del servicio, y contar con los usuarios parece fundamental, incluso imperativo.
Más adelante se añade “la Fundación Aviva y COCEMFE Castilla y León, además de estudiar y proponer medidas que puedan resultar necesarias para garantizar la plena accesibilidad de las personas con discapacidad tanto en las instalaciones y mobiliario de la empresa, como en lo referente al estado y conservación de las paradas de autobús, elaborará propuestas sobre normativa en materia de transporte urbano.” Está bien escribirlo y rubricarlo, pero parece una obviedad. En especial si se tiene presente que la población afectada se acerca al 10%. Según el artículo 23.1 de la Constitución Española, tan conocida por nuestros munícipes gobernantes, “Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes (…).”
Como sociedad deberíamos afrontar todos los problemas, cuando menos en los servicios públicos. Pictogramas para mejorar la accesibilidad de personas con diversidad sensorial en Sagunto.
Es buen momento, entonces, para insistir en una fórmula esencial de mejora radical de la accesibilidad en las paradas: detener el autobús en el carril por donde circula. Evita maniobras incomodas (e incluso peligrosas) de aproximación a la acera, imposible a veces, quedando en esas ocasiones demasiado alto el vehículo para algunos usuarios incluso a pesar de su capacidad de arrodillamiento. Más complicado cuando se juntan dos o más autobuses. Lo contrario a la expansión de andenes apartados, demasiadas veces estrechando aceras no precisamente amplias, o con dimensiones inadecuadas, además de tentar la indisciplina del vehículo privado. Como ocurre en otras ciudades, incluso gobernadas por el propio PP. Si la prioridad de la política de movilidad municipal es el peatón, más debe serlo con aquellos con fragilidad física.
Aunque el andén es largo, no tiene sentido hacerlo tan profundo cuando la calzada normal admite dos carriles y se usa sólo uno, se complican demasiado las maniobras.
La parada permite muchas cosas, además de actualizarlas y mantenerlas decorosas. Se suele recomendar esté a una altura de 25 cm. sobre el asfalto, no a cero como en la Avenida de Mirat. Y ampliar la información pensando en todos los usuarios, utilizando también las nuevas tecnologías. Trasladable al interior de los vehículos. Donde indica la lógica que las pantallas (interiores) se instalaron para usarlas, continuamente en azul o directamente apagadas no trasladan utilidad alguna.
A lo largo del viaje las pantallas interiores acomodan la información al momento, en Madrid. A pesar de la publicidad, el tamaño del texto lo hace mucho más visible que el salmantino.
En definitiva, lograr “Cabe destacar que esta colaboración no solo superar las barreras físicas en el transporte, sino también derribar obstáculos sociales y laborales, fomentando un cambio significativo hacia la igualdad de oportunidades y la plena integración de las personas con discapacidad.” no se consigue con el convenio acumulando polvo en algún cajón.
Imagen del libro "Autobuses de piso bajo. Cost. 322", publicado por el Ministerio de Fomento en 1998. Iniciativa de Cooperación Europea de investigación, contiene soluciones todavía no asumidas en su totalidad en Salamanca.
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