Los actos tenían lugar en la iglesia parroquial
La iglesia parroquial San Miguel Arcángel ha sido el epicentro de la actividad este 2 de noviembre, Día de los Difuntos, algo que también ha visto cambiados sus planes por la llegada de la borrasca Ciarán.
Una jornada que arrancaba desde la una de la tarde, con la celebración de una solemne eucaristía, mientras que ya durante la tarde, el rezo del Santo Rosario y la procesión de los difuntos se trasladaban del cementerio al Templo debido al mal tiempo, acto al que acudían representantes de la Hermandad de cofradias, organizadores del acto, junto a decenas de fieles.