Los miles de visitantes que hoy registraba el cementerio municipal se encontraban con este histórico puesto familiar en sus accesos
Es una tradición ya irrenunciable con la llegada del frio y especialmente con la celebración del Día de Todos los Santos, algo que hoy se ha vuelto a cumplir en Peñaranda, concretamente en los accesos al cementerio municipal, en el que las castañas asadas han tenido de nuevo su recordada presencia.
Desde primeras horas de la mañana, las miles de personas que esta jornada han visitado a sus seres queridos en el camposanto peñarandino se encontraban con este histórico puesto, regentado por María Ángeles Barrera, su marido Emilio Fernández y su hijo Emilio, disponiendo este fruto, asado a fuego lento, que ofrecía un inconfundible aroma que no ha pasado desapercibido para vecinos y visitantes, quienes no dudaban en cumplir la tradición e iniciar la campaña invernal con ellas.
Hoy ha sido en los accesos al cementerio, pero a partir de ahora será común poder encontrar este puesto de castañas bajo los soportales del conjunto de las plazas de España y Constitución