El grupo de teatro Lazarillo de Tormes triunfa en Miranda de Azán

La iglesia parroquial de San Cristóbal acogió en Miranda de Azán el montaje de Denis Rafter "Buscando a Nebrija" interpretado por el grupo de teatro "Lazarillo de Tormes" con el patrocinio del Área de Cultura de la Diputación de Salamanca a petición del ayuntamiento de la localidad.

Es muy probable que el protagonista de este montaje teatral, Elio Antonio de Nebrija, pasara por Miranda de Azán cuando vino muy joven desde Lebrija, su pueblo natal, a estudiar a la Universidad de Salamanca a través de la Vía de la Plata. Y volvería a pasar más veces en sus viajes posteriores cuando fuera a visitar a sus padres o en sus estancias en Extremadura.

Como se dijo en la presentación de la obra: gracias a Nebrija, a su gramática, a la evolución de nuestra lengua, y en claro homenaje al pueblo que acogía la obra, Miranda de Azán, podemos diferenciar dos expresiones que, pareciendo sinónimas, se puede decir que se contraponen: “el bien común” y “el interés general”. Mientras que la primera busca el beneficio de todos sin distinción la segunda puede empeorar a unos y perjudicar a otros.

Y hablando del “bien común”, Cáritas está celebrando su sesenta cumpleaños, y con este motivo, un buen número de miembros de la Organización decidieron venir a celebrarlo a Miranda de Azán con la intención de disfrutar con el montaje “Buscando a Nebrija”.

La original puesta en escena de la obra, la grandeza y fuerte personalidad de Nebrija, los acontecimientos históricos de esa época en el reinado de los Reyes Católicos, los problemas que tuvo tanto con las autoridades eclesiásticas como académicas, son temas que llegan y conectan con un público ávido de descubrir más sobre el gran humanista español.

La música y canciones de Juan del Encina -alumno de Nebrija-, el vestuario de época y las diferentes técnicas dramáticas de las que hace uso este grupo de teatro consiguieron, de esta tarde, uno de los mejores momentos vividos en todos los que, con entrega y emoción, se metieron en cada una de las situaciones más álgidas de esta obra.

Una gran ovación final cerraba la tarde vivida con la magia del teatro, demostrando con ella el mejor de los agradecimientos al grupo y la obra.