El piloto salmantino peleaba con los mejores durante 300 kilómetros cuando una piedra ha doblado la corona de transmisión de su moto
Una avería mecánica ha arruinado la etapa de Lorenzo Santolino (Sherco), que había pasado buena parte de la jornada luchando de tú a tú por la etapa en Marruecos hasta que el golpe de una piedra en la corona trasera de la transmisión le ha obligado a parar y reparar él mismo, para lo que ha usado las piedras del propio terreno. El triunfo ha sido conseguir arreglar la avería y llegar a meta, con lo que este miércoles podrá terminar el rally al que le queda la última etapa.
La cuarta etapa en línea discurría entre Zagora y Merzouga con el clásico terreno marroquí de arena y piedras y un paso de dunas al final del día en este conocido punto, lugar habitual de carreras y de muchos entrenamientos de los pilotos dakarianos. Santolino salía a pista séptimo tras el resultado del lunes y desde el comienzo ha destacado su ritmo.
El salmantino ha estado marcando los mejores tiempos del día, en pugna con el argentino Luciano Benavides (Husqvarna), que salía sexto a pista y con el que Santolino ha hecho dupla buena parte del día. A punto de llegar al kilómetro 200 les separaban poco más de dos minutos en favor del hermano del vigente campeón del Dakar, al que el salmantino le había ganado terreno. En la parte final del largo día, más de 340 kilómetros, ha cedido algo de ritmo, pero el problema ha sido una avería que le ha descolgado a unas decenas de kilómetros del final. Ahí comenzaba su odisea.
“Un día bueno, con grandes sensaciones y sin errores hasta que he empezado a escuchar un ruido en la moto. Pensaba que era de motor, pero a los pocos segundos se me ha salido la cadena: iba por la pista, ha debido saltar una piedra y se ha doblado la corona. He intentado reparar, pero estaba doblada hacia los dos lados. Golpeando con piedras he conseguido alinear la parte interior, pero la exterior no conseguía ni haciendo cuña. He salido así, he hecho un par de kilómetros, pero se me salía la cadena. Me he parado para reparar bien, he quitado la rueda y, en Marruecos, lo bueno es que hay muchas piedras y con eso la he dejado plana y he alineado bastante”, ha comentado.
“He perdido mucho, una hora, pero lo importante era llegar al final, continuar en carrera y hacer la última etapa porque de no haber llegado hoy no podría haber salido. Me quedo con el ritmo y las sensaciones, estaba en el ritmo de los de cabeza. Eso es lo importante, obviamente me hubiera gustado hacer un buen resultado final, hubiera sido genial, pero lo más importante es preparar el Dakar y lo interesante es que estamos a ritmo cercano a la cabeza de cara al Dakar”, ha dicho.
Este miércoles, quinta y última etapa, un bucle en Merzouga, 152 kilómetros de especial con arena, tierra y algún paso de dunas.