Tres décadas después del fallecimiento de Andrés Calles, su recuerdo aún sigue muy vivo en el folclore charro y en su localidad, Guadramiro, que un año más ha rendido tributo mediante su certamen de tamborileros a este mito de nuestra tradición musical.
El pasado 7 de octubre, Guadramiro desarrolló un nuevo Certamen de Tamborileros, que va por su quinta edición, y que desde sus inicios hace más de un lustro, ha servido para ensalzar y poner en valor a una de las grandes figuras de nuestro folclore: Andrés Calles, que da nombre a un certamen que se ha convertido ya en parte indispensable de las fiestas de Las Madrinas guadramirenses y en una cita anual ineludible para el folclore charro.
Dada la gran relevancia que tuvo Andrés Calles como maestro de la flauta y el tamboril, dicho certamen sirve también para que Guadramiro honre la memoria de este mítico tamborilero, que nació en esta localidad en 1890, habiendo amenizado los bailes guadramirenses y de buena parte de la comarca hasta su fallecimiento en 1991, fruto de los cuales seguramente más de una pareja llegó a conocerse, encontrando esa complicidad que buscaban en otra persona, alumbrando posteriormente nueva vida que acabaría por recorrer las calles de nuestros pueblos.
En todo caso, Andrés Calles se hizo grande en nuestra música desde la humildad, aprendiendo a tocar la flauta de tres agujeros (o gaita charra) y el tamboril de manera autodidacta, mientras cuidaba de las ovejas en los campos de Guadramiro siendo un mozo. A este aprendizaje, le sumó su perfeccionamiento técnico de mano de otro gran tamborilero de la zona, Cipriano, de Gomeciego, así como otro mítico tamborilero, Urbano, de Yecla de Yeltes, que ayudaron a aquel joven guadramirense de grandes dotes para la flauta y el tamboril a convertirse en uno de los más afamados y valorados tamborileros de nuestra provincia.
Fruto de ello, Andrés Calles obtuvo diversos premios y reconocimientos, ganando por ejemplo un concurso de tamboril que celebró Vitigudino con un premio de 500 pesetas, llegando a salir en Televisión Española (TVE), ya que fue invitado por sus artes con la flauta y el tamboril a programas de televisión.
Del mismo modo, si en Guadramiro su flauta y tamboril eran un fijo del baile de los domingos, fueron también numerosas las bodas y otro tipo de celebraciones que fueron amenizadas con la música de Andrés Calles en las comarcas de la Ramajería, la Tierra de Vitigudino, el Abadengo, el Campo Charro o la Tierra de Ledesma, a las que este maestro del tamboril acudía con una mula como medio de transporte.
En todo caso, el gran premio a su trayectoria y buen hacer musical llegó con el otorgamiento de la prestigiosa Encina de Oro en la Fiesta de la Charrada de Ciudad Rodrigo en 1983, a la que posteriormente seguiría un sentido homenaje en 1987 en su localidad, Guadramiro, al que asistieron numerosas figuras del folclore charro, dedicándole una piedra tallada como muestra de este homenaje que aún luce en la fachada del ayuntamiento guadramirense.
Por otra parte, cabe destacar también de su trayectoria como tamborilero la creación de obras propias como el Charro del Espinacal o Charro de Guadramiro (al que se ha venido nombrando indistintamente por el nombre del pueblo de Andrés Calles o del arroyo del Espinacal al que éste se lo dedicó, que discurre por una parte del territorio guadramirense), charro que suena cada año en el baile de la rosca de Las Madrinas de Guadramiro.
Y es que, tras haber pasado más de tres décadas del fallecimiento de Andrés Calles, su recuerdo aún sigue muy vivo en el folclore charro y en su localidad, Guadramiro, que un año más ha rendido tributo mediante su certamen de tamborileros a este mito de nuestra tradición musical, pura historia del folclore salmantino.