Viajando de espaldas a la marcha, si tenemos un siniestro vial o una desaceleración muy brusca, la cabeza, el cuello y la espalda están alineados sobre el respaldo y la fuerza del impacto es absorbida por la propia silla, salvaguardando al máximo las zonas más vulnerables del niño y reduciendo considerablemente la presión sobre su tórax y abdomen
Uno de los mayores quebraderos de cabeza de los padres con los niños es las sillas o sistemas de retención infantil de los coches que, por ley en nuestro país, deben usarse hasta que el menor alcance los 135 centímetros por lo menos, y se recomienda hacerlo hasta los 150 centímetros, ya que el cinturón del coche está diseñado para adultos a partir de esa estatura.
"El principal punto a tener en cuenta con respecto a las sillas de retención infantil es darle la importancia real que merecen y saber que son esenciales para la seguridad de los niños en el coche. Y es que no vale cualquier silla, sino que siempre se debe elegir la adecuada para el peso y la altura del niño, al tiempo que nos aseguramos de instalarla correctamente, y siguiendo las instrucciones del fabricante en dirección a contramarcha, por lo menos hasta los 4 años".
Así lo defiende en una entrevista el enfermero de pediatría Pedro Camacho, con motivo de la publicación de 'Mamá, me hago mayor' (Plataforma Actual), una guía para padres en la transición del bebé al niño pequeño.
"Teniendo en cuenta esto y el coche en el que instalaremos la silla, recomiendo acudir a un centro concienciado en seguridad vial infantil a la hora de adquirir el sistema de retención donde nos apliquen el protocolo 'API': Asesoramiento previo, Prueba del sistema de retención antes de adquirirlo, e Instalación del mismo", defiende.
Considera que no vale solo con acudir a un gran centro comercial o a un gran almacén y escoger simplemente una silla que esté homologada: "En estos centros especializados nos van a aconsejar e informar perfectamente. Si cumplimos este único punto, la seguridad de nuestros hijos estará asegurada".
Según explica Camacho, durante los primeros años de vida de un niño, su cuerpo sigue desarrollándose, haciéndolo especialmente vulnerable en situaciones de accidentes viales. Es por ello por lo que ve esencial proteger áreas críticas como la cabeza, el cuello, o bien los órganos internos, y la columna vertebral.
"Por ponerlo en perspectiva, hasta los 4 años, la cabeza de un niño representa entre el 25% y 30% de su peso total, mientras que, en adultos es cerca del 6%. Si la silla no está adecuadamente posicionada, considerando la protección de estas áreas sensibles, una adecuada postura del bebé y un correcto ángulo de reclinación, incluso una brusca desaceleración, sin necesidad de un accidente, puede poner en riesgo la salud de nuestro pequeño", alerta este padre de tres criaturas.
Por otro lado, este enfermero pediátrico y de atención primaria hace hincapié en la importancia de colocar el máximo tiempo posible las sillas de retención infantil a contramarcha en el coche.
Argumenta que viajando de espaldas a la marcha, si tenemos un siniestro vial o una desaceleración muy brusca, la cabeza, el cuello y la espalda están alineados sobre el respaldo y la fuerza del impacto es absorbida por la propia silla, salvaguardando al máximo las zonas más vulnerables del niño y reduciendo considerablemente la presión sobre su tórax y abdomen. "Y debemos hacerlo hasta los 18 kilogramos o 4 años de edad como mínimo", destaca.
A su vez, resalta los siguientes puntos a tener en cuenta por los padres aparte de viajar a contramarcha: