"Una como yo, que pisa el barro de esas tierras porque ese ha sido el pan de casa durante muchos años, duele ver cómo se está dejando morir al sector ganadero"
Hemos visualizado en la última semana decenas de extractos de la última sesión de investidura celebrada en el Congreso. Los patrones de comportamiento de nuestros dirigentes nos incitan a dejar de creer en ellos de forma definitiva. No recuerdo el momento exacto en el que esto se convirtió en un circo para llevar el debate político a altos niveles de egocentrismo y fanatismo. No hay consenso, no hay diálogo, la sensación constante es que ellos solo miran su propio ombligo.
La indignación es cada vez mayor mientras sufrimos en silencio porque mientras eso sucede, nuestro sector vacuno agoniza. Una como yo, que pisa el barro de esas tierras porque ese ha sido el pan de casa durante muchos años, duele ver cómo se está dejando morir al sector ganadero mientras el ministro Planas les dice que no hagan política con la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica. ¿Por qué no hace política real él dando soluciones urgentes a esta problemática que ahoga a sus profesionales y que ha matado ya más de 2.000 animales en nuestra provincia?
Probablemente esté siendo su año más duro. Primero fue la tuberculosis bovina y ahora ahoga la EHE. Hablas con ganaderos cercanos, muchos amigos, y duelen sus testimonios. El miedo les apodera cada día cuando pisan sus instalaciones ante la incertidumbre de qué se van a encontrar. No es sólo el número de muertes de vacas que ya se han registrado, es que alrededor de eso hay centenares de animales enfermos perdiendo peso, sufriendo abortos... La realidad es macabra y el temor a que se extiendan las picaduras de ese mosquito no se erradica. Pasan los días y no remite la incidencia de la enfermedad, y no, no tachen a nuestros ganaderos de radicales por luchar por su supervivencia, más críticos deberían ser ante la desidia de los responsables políticos a nivel regional y nacional que miran para otro lado.
Ahora que acaba de entrar en rigor la polémica Ley Animalista del Gobierno que rechazo por el empeño de encumbrar al animal y casi demonizar al hombre, me pregunto si esos defensores que han luchado tanto por esa nueva enmienda han pisado estas explotaciones para preocuparse por esos animales que pasaban horas y días a la intemperie ya sin vida mientras el ganadero no sabía qué línea de actuación seguir.
Viví rodeada de la sencillez, la humanidad y la entrega de tantos ganaderos que hoy sufren. Conozco bien las horas intempestivas que entregan a su profesión; han logrado convertir este sector en el principal potencial de creación de empleo de esta provincia y generación de riqueza; son ellos con el asentamiento en estas zonas los que frenan el despoblamiento de estos rincones rurales y son quienes garantizan el nivel de soberanía alimentaria. Este es el animalismo en el que creo y apoyaré siempre su lucha para que no acabe un sector estratégico y fundamental. Ya se ha anunciado que habrá nuevas manifestaciones en la calle y creo que deben hacerlo de forma urgente. No me parece tan descabellado lo que solicitan; no es más que una coordinación efectiva entre los diferentes organismos públicos implicados, un protocolo de actuación eficaz y por supuesto, una línea de ayudas que compense tantas pérdidas que hasta ahora ellos han tenido que asumir. Sentido común frente a la apatía y la indiferencia; frente a tanto olvido y tanta marginalidad.
*María Fuentes, periodista y directora de SALAMANCArtv AL DÍA