La prueba reina del regreso de la Farinato Race ha sido una carrera de 20 kilómetros
Con el sol como acompañante desde prácticamente el amanecer (hubo alguna bruma a primera hora), y una temperatura excelente (hizo incluso calor pasado el mediodía), Ciudad Rodrigo vivió a lo largo de la mañana del domingo la segunda y última sesión de competición de la Farinato Race, que ha dejado un gran sabor de boca en su ‘renacimiento’ en el lugar donde nació (como Farinato de Hierro) tras seis años largos años sin disputarse ‘en casa’.
Buena parte de los participantes en la Farinato Race de este año se apuntaron con un fin puramente lúdico, pero otros lo hicieron con un espíritu 100% competitivo, tomando parte en las carreras ‘élite’. La principal fue una prueba de 20 kilómetros, que arrancó pasados unos minutos de las 9.00 horas con un nutrido grupo de valientes (con unas camisetas amarillas fosforitas), llegando a tardar alguno de ellos hasta 4 horas y media en completar las 3 vueltas al recorrido de obstáculos (a los últimos se les pudo ver una cara de sufrimiento extremo en la recta final, pero quisieron terminarla).
Con esa prueba ‘reina’ en marcha, arrancó a las 11.00 horas otra destinada a la ‘élite’, pero de sólo 7 kilómetros, con apenas una docena de inscritos (con camisetas naranjas fosforitas), cuyos primeros metros fueron presenciados por cierto por un grupo de turistas recién llegado a Ciudad Rodrigo que estaba a punto de iniciar en el Registro una visita guiada a la ciudad.
También compitieron de forma individual, en el último tramo de la mañana y en el entorno del Paseo Fernando Arrabal, los más pequeños, en la prueba denominada ‘Farinatitos’, con obstáculos adaptados a sus edades. Esta prueba recibió una avalancha de inscripciones a última hora por parte de chavales que también quisieron ponerse a prueba, pasándoselo en grande y recibiendo una medalla conmemorativa al acabar.