Las obras de renovación de la cubierta del Palacio Episcopal de Ciudad Rodrigo han costado más de lo previsto
(Esta noticia sustituye a una anterior que contenía varios errores –empezando por el titular- ya que tanto en la comparecencia de la mañana del martes como en la nota de prensa remitida desde la Junta de Castilla y León se recogían varias cuestiones de forma equivocada -como que el convenio con la Diócesis de Ciudad Rodrigo al que se alude se había extinguido-, aclarando la situación durante la tarde la Diócesis Civitatense).
El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, se acercó en la mañana del martes a Ciudad Rodrigo, y más concretamente al Palacio Episcopal, con una doble finalidad: firmar un convenio para que la Diócesis de Salamanca se una al Programa Rehabitare, y comprobar cómo han transcurrido las obras de renovación de la cubierta del edificio, que han sido financiadas en buena medida por la Junta.
Precisamente, la motivación principal del desplazamiento a Miróbriga era visitar el resultado de estas obras, pero aprovechando que el Obispo Civitatense, José Luis Retana, lo es también de Salamanca, se firmó en el Palacio Episcopal de Ciudad Rodrigo un protocolo para que viviendas en desuso propiedad de la Diócesis de Salamanca sean rehabilitadas por la Junta de Castilla y León, para ser sacadas posteriormente a alquiler social (con preferencia para los jóvenes de menos de 36 años).
Para José Luis Retana, esta puesta a disposición de las instituciones públicas de las viviendas de los pueblos donde ya no hay sacerdote residente, para su posterior alquiler con fines sociales, “es un bien para los pueblos”, que ayuda a “poner en valor las zonas rurales”, al poderse trasladar nuevos habitantes, de ahí que “lo debamos facilitar”. Retana mencionó que “hay una colaboración leal” entre la Iglesia y las autoridades civiles, añadiendo que este convenio es “un servicio a la Diócesis”.
Para Suárez-Quiñones, en la mañana del martes se plasmaba documentalmente “el compromiso social de la Iglesia y el compromiso social de las políticas de vivienda de la Junta”, en este caso en el marco del Programa Rehabitare, mediante el cual su Consejería está rehabilitando antiguos edificios públicos en desuso (cuarteles de la Guardia Civil, casas de maestros, de sacerdotes, etc.) por toda la Comunidad.
Según los datos ofrecidos, ya se han rehabilitado 31 viviendas parroquiales en toda Castilla y León dentro de Rehabitare, 5 de ellas de la Diócesis de Ciudad Rodrigo en virtud del convenio firmado en 2018, que se encuentra actualmente en su fase de prórroga (tenía una vigencia inicial de 4 años prorrogables por otros 4). Tanto de este convenio como del ahora firmado con la Diócesis de Salamanca existe una Comisión de Seguimiento que determina dónde se actúa exactamente (en los convenios como tal no se recoge).
El consejero evocó en la mañana del martes que cuando firmó aquel convenio hace un lustro, Jesús García Burillo le expuso la necesidad de intervenir en las cubiertas del Palacio Episcopal de Ciudad Rodrigo. Sin embargo, con quién realmente firmó aquel convenio Suárez-Quiñones fue con Raúl Berzosa a principios de mayo de 2018 (mes y medio antes de que Berzosa diera la ‘espantada’), produciéndose el verdadero encuentro entre el consejero y García Burillo al hilo del convenio Rehabitare en junio de 2021, cuando visitaron los inmuebles rehabilitados en Aldea del Obispo y Águeda. En todo caso, desde la Junta se atendió la petición de la cubierta del Palacio y “se concedió una subvención para que estuviera en adecuado estado”.
La subvención concedida ascendió a 300.000€ (como ha quedado reflejado en el patio del propio Palacio con la típica placa de ‘Aquí invierte la Junta’), teniendo la obra un coste inicial previsto de 305.993€. Sin embargo, esa cantidad se ha incrementado notablemente (superando los 400.000€), porque, “al ir levantando, se han visto necesidades” que ha habido que atajar para que la obra perdure en el tiempo, según señaló José Luis Retana, quién apuntó que es Jesús García Burillo “el que ha estado detrás del proyecto”.
La actuación ha abarcado unos 1.000 metros cuadrados de cubierta, renovándose la estructura secundaria; colocándose una nueva tabla, láminas aislante e impermeabilizante, rastreles de madera y una nueva teja cerámica curva clavada sobre los mismos; y sustituyéndose los canalones y bajantes en mal estado.
Finalizada la comparecencia en el Salón Obispo Mazarrasa del Palacio Episcopal, Juan Carlos Suárez-Quiñones fue obsequiado con un cuadro del skyline de Ciudad Rodrigo. Tras recibir información en el patio sobre la intervención en las cubiertas, las autoridades civiles y eclesiásticas se fueron a tomar un café a un establecimiento de la Plaza Mayor antes de desplazarse a Castillejo de Martín Viejo a visitar una de las viviendas que han sido rehabilitadas producto de la colaboración entre la Junta y la Diócesis Civitatense.