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Una empresa de Rueda, única presencia española en la Vindouro
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ENOLOGÍA

Una empresa de Rueda, única presencia española en la Vindouro

Actualizado 03/09/2023 14:01
Raquel Martín-Garay

Entre las 80 bodegas participantes, una de La Seca (Valladolid) ejerce de representante exclusiva del Duero español

Mariví Tobes se muestra satisfactoriamente sorprendida y atenta a todo lo que acontece a su alrededor. Si te llamas María Viñas y naciste en Aranda de Duero, tu destino está claro.

María Viñas Tobes es una enóloga burgalesa que se encuentra estos días en São João da Pesqueira, representando a la única casa vitivinícola española presente en la Vindouro, la más antigua feria de vinos del Duero portugués.

Responsable de la rama de enoturismo de las Bodegas Campo Eliseo, con viñedos en Toro y Rueda y sede en La Seca (Valladolid), Mariví se muestra gratamente sorprendida con la experiencia. “El día de la inauguración la ministra portuguesa de Agricultura estuvo hablando conmigo mucho rato, fue muy agradable, se interesó por lo que hacemos y me comentó que dentro de unos días se reunirá con nuestro ministro de Agricultura en Córdoba”.

Encontramos a la arandina de casualidad en la feria. La etiqueta “hermanos Lurton” de una de sus botellas nos llama la atención y, al preguntar, descubrimos que quien está detrás de la mesa de pruebas es una española.

Bodegas Campo Eliseo es propiedad de François Lurton, el apasionado francés del vino, que aterrizó en La Seca a principios de los noventa procedente de Burdeos. Con viñedos también en la DO Toro, en la demarcación de Burdeos y en otros enclaves, es uno de los introductores de la Sauvignon Blanc en la comarca de Rueda.

Observamos que son muchos los portugueses interesados en probar los vinos de Rueda, con la casta Verdejo y la Sauvignon en destaque, dando lugar a vinos con unos matices diferentes a aquellos con los que el paladar portugués está más familiarizado.

Por su parte, Mariví Tobes se muestra encantada en la tierra del vino de Oporto, “ayer tuve ocasión de probar un oporto de 1986 de la Cooperativa de São João da Pesqueira: simplemente, ¡espectacular!”.

Probar es la finalidad de esta feria. Sí, apenas probar, ya que es un certamen concebido para mostrar, no tanto para vender. Hay algunos productores, como la conocida empresa portuguesa Sogrape, propietaria de la Casa Ferreirinha, de Sandeman y de otras conocidas marcas, que por política comercial no vende al consumidor final en este tipo de iniciativas.

Entonces, ¿con qué fin están presentes en Vindouro más de 80 bodegas? Al parecer, con el objetivo de afianzar su imagen de marca, de presentar sus clásicos y sus novedades, los productos complementarios del negocio, como el enoturismo, y concretar alguna colaboración entre bodegueros, con distribuidores o clientes profesionalizados.

Por 1,50 euros que cuesta la copa de cristal que se consigue a la entrada, las 80 casas están abiertas a dar a probar sus vinos, y ninguna viene con menos de media docena. Una curiosidad: en el concejo donde más vino de Oporto se produce de todo Portugal y, por tanto, del mundo, todas las casas enseñan, además, varios blancos y varios tintos DO Douro.

Entre los aficionados portugueses, el vino de Oporto es un producto conocido. Para un español que visite la feria, degustar variados vinos de Oporto puede ser el gran aliciente, pero, para un portugués, el reclamo ahora es probar los mejores jóvenes y los mejores Reservas Douro. O los del Duero español.

Volviendo a Mariví Tobes y a la DO Rueda y DO Toro, la enóloga arandina, residente en Valladolid, no comprende que hayan sido los únicos en aceptar la invitación que les llegó a través del Ayuntamiento de La Seca. “La organización ha sido quien nos ha facilitado todo, sólo hemos tenido que ocuparnos del alojamiento y del viaje. Me han invitado al almuerzo con el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, al que por supuesto, pienso asistir, y hasta me han pedido que elija un par de nuestros vinos para que formen parte de la carta de vinos de la comida”.

Según Mariví, otros municipios del Duero español habrían sido informados sobre este certamen, para que les trasladasen a las bodegas de su demarcación la invitación. Sólo las bodegas de François Lurton se animaron. Por su parte, el Ayuntamiento de La Seca estuvo presente durante la jornada del sábado en la Vindouro, el mismo día en que el presidente de la República visitó la feria, y no es la primera vez. Por su relación con São João da Pesqueira, a Marcelo Rebelo de Sousa le ha sido entregada este año la Llave de Honor de la localidad.

El buen saber recibir portugués tiene completamente ganada a la especialista arandina en turismo enológico, que despliega su saber hacer y aprovecha la curiosidad del visitante que se acerca para saber más, dando todo tipo de detalles técnicos y geográficos de su producto.

Dejamos a la enóloga burgalesa en animada conversación con dos clientes canadienses de Lurton, casualmente de viaje estos días por el Douro, que se han dejado caer por la feria.

Son las seis de la tarde y las pruebas, que comenzaron a las tres, continúan y así seguirán hasta las nueve de la noche. Algunos compran. Se forman corrillos y se intercambian folletos y tarjetas de visita. Es más el vino que se desecha que el que llega a la garganta del aficionado.

Encontramos el aceite de oliva virgen extra del pueblo de Vilarouco, de la variedad Cobrançosa, elaborado en la Quinta de José Carlos Pereira Côrte Real, cuyos olivos crecen en las laderas del río Torto y del río Duero.

La bodega cooperativa de Sabrosa está presente con aceites y vinos, promocionando la Ruta Miguel Torga, el elogiador de esta tierra situada detrás de los montes; o la Ruta Magalhães, pues se dice que en la localidad duriense nació el navegante portugués.

La Quinta do Pessegueiro, la Real Companhia Velha, la Quinta do Noval, la Mateus & Sequeira, la familia lusobritánica Symington, … De Freixo de Espada à Cinta a Vila Real son muchas las explotaciones agrícolas del Douro que han acudido a Vindouro, pequeñas y grandes. Probablemente sean las menos conocidas las que guardan mejores sorpresas para el visitante curioso.

El municipio de Ourique es el invitado en esta edición número veintiuno, con su Porco Preto Alentejano.

Anatomía de una viña vieja

Paseando por el Salón de Vinos nos deparamos con João Oliveira, director del Museo del Vino de São João da Pesqueira. Está acompañado de la artista plástica Milla Chang, una taiwanesa nacionalizada portuguesa.

Milla Chang llegó hace años al Douro, consiguió conectar con su esencia y amar los paisajes vinateros. Fusionando técnicas orientales y occidentales, sus conocimientos de caligrafía tradicional china le permiten controlar el trazo intuitivo marcado por el pincel.

Unas pinturas coloristas, armoniosas y delicadas, en tinta china sobre papel de arroz, representando ramas, hojas, racimos de uvas; las formas retorcidas de las viñas viejas y su apariencia poderosa de supervivientes.

Una perspectiva sobre la naturaleza duriense que la artista, residente en Lamego, desarrolla en la exposición “Vinhas Velhas do Douro”, en el Museo del Vino hasta finales de septiembre.

La excelente calidad de las escasas uvas producidas por una viña vieja son objeto de uno de los coloquios con pruebas comentadas que tienen lugar en la Vindouro.

Rodeados de viñas y olivos que casi se introducen en la villa, al pie de la carpa de los vinos se desarrolla cada tarde el Mercado Pombalino, junto a la fachada barroca de la Casa do Cabo, antiguo tribunal de justicia.

El Cortejo Pombalino y los conciertos nocturnos completan la programación festiva de un evento con esencia vinatera, según dicen, el más veterano e influyente del Douro en su categoría.