Las campanas repicaron sones de fiesta mientras la imagen recorría las calles del poblado
Desde el pasado 18 de agosto Villar de Ciervo ha estado inmersa en un paroxismo festivo que fue en aumento llegando el fin de semana, que es cuando se ha ido desarrollando el plato fuerte de la programación festiva organizado con mucho mimo por el equipo de gobierno junto a la comisión de fiestas, en el que ha tenido cabida de participación y gusto a público de todas las edades y aficiones.
Competiciones deportivas, noches de cultura, disfraces, pregón de peñas, música y un espectacular encierro a caballo con novillos han hecho disfrutar de lo lindo a niños, jóvenes y mayores.
El día más solemne se reservó para hacerlo coincidir con el 28 de agosto, día de la onomástica de San Agustín, fue cuando después de estos días dedicados al jolgorio llegó el momneto de ponerse de gala y honrar al Santo Obispo de Hipona (Africa).
El panegírico al Santo estuvo oficiado por el sacerdote de la localidad Juan Carlos Bernados al que acompañaban Gabriel Ángel Cid, Miguel Ángel García Miguel y otros sacerdotes del arciprestazgo del Campo de Arganán, el alcalde local junto a miembros de la corporación. Todo ello amenizado por el grupo Folkore Charro de Salamanca.
Tras la ceremonia religiosa salió la imagen en procesión que recorrió varias calles en una concurrida comitiva entonado cánticos religiosos, encabezada por la cruz guía y el grupo folklórico salmantino. Mientras tanto, las campanas repicaban aires festivos.
Llamó la atención que al pasar la comitiva devota frente al bar cercano a las puertas de la iglesia, los clientes que había sentados en las terrazas desinteresados por los actos religiosos no mostraran el mínimo respeto ante la imagen y los fieles, permaneciendo sentados y con su algazara ya comenzada a la hora del vermut.
Al llegar la imagen de vuelta a la puerta de la iglesia tuvo lugar el ofertorio al Santo donde mayores, jóvenes y niños aportaron su donativo para sufragar gastos de la parroquia de San Agustín.
Los cervatos despidieron las fiestas en la tarde del lunes con un Gran Prix seguido de una suelta de vaquillas, cerrando la cremallera de actividades una verbena con la orquesta Tucan Brass.