Aficionados a la pelota y Ayuntamiento homenajean a Manuel Fernández Alejo en Vitigudino

Aficionados del mundo de la pelota vasca y el Ayuntamiento de Vitigudino rindieron este jueves un bonito homenaje al que fuera impulsor de este deporte y promotor de la construcción del actual frontón de pelota, instalaciones que se remontan al año 1973, como recordaba el homenajeado, el sacerdote Manuel Fernández Alejo.

El concejal del Ayuntamiento de Vitigudino, Germán Vicente, conducía el acto en el trascurso de los dos partidos de pelota que tenían lugar este 17 de agosto en el frontón con motivo de las Ferias y Fiestas 2017, un evento que suele poner fin a estas celebraciones.

Germán Vicente recordaba a algunas de las personas que con su afición hicieron grande este deporte en Vitigudino hace 50 años, algunos de ellos presentes en este homenaje y vecinos de la localidad, pero también otros residentes en distintos puntos del País Vasco y que apoyaron la construcción del frontón, como también recordaba Manuel Fernández.

Fernández Alejo recordaba ante el público asistente al acto que la afición a la pelota en Vitigudino “viene de antiguo”, pues señaló que la construcción del frontón de pelota antiguo se remonta al año 1890 y se realizó con aportaciones de los vecinos. Según “nuestro intelectual de la pelota, Ricardo Ferrero Rubio, esa pared, la de Villavieja y alguna más de Salamanca son las mejores de España; no se ha hecho jamás una pared en granito tan preciosa para jugar a la pelota”, aseguraba. Después de esa primera afición “vino la residencia y el frontón de la residencia. Esto era un patio de colegio, de tierra, -añadía– y los estudiantes –algunos presentes en el acto– dieron el callo, sudaron y trabajaron, todo gratis porque sabían que el cura no tenía un duro, pero además lo hacían con cariño y con ilusión”.

Sobre la construcción del frontón, que este año cumple su 50º aniversario, “en 1973 se empezó a echar la solera de cemento, a continuación las tres paredes para quitarme del medio a Felipe ‘El Cuco’, a Jesús Calles y a la señora Avelina Blanco porque todos los días había broncas”, y es que como narraba Manuel Fernández, “los estudiantes echaban balones y ellos a devolverlos, entonces no se podía mantener esa situación y por eso se hicieron las primeras paredes”. Una vez hechas las primeras paredes, “dijimos vamos a hacer una grada bonita y a cubrir el frontón y a convertir el edificio en los que conocéis”.

A partir de 1974-1975 se empezaron a ver en Vitigudino festivales de pelota "de una categoría impresionante". Entre los momentos destacados recordó el homenaje a los pelotaris anteriores a los Galgo con un partido en el que Arroyo, uno de los jugadores, llegó a cobrar 130.000 pts., y de las que 70.000 entregó a Fernández Alejo para que acabase de pagar el frontón, edificio cuyo coste alcanzó 7 millones de pesetas, una cifra que su pudo cubrir con la aportación de “mucha gente buena”, recordaba.

En nombre de varios de esos aficionados procedentes de otros lugares de España, Manuel Fernández recibía de Ferrero un bonito trofeo con la figura de un pelotari, así como una fotografía de ambos en sus tiempos como jugadores. Asimismo, José Merino le hacía entrega de una placa de reconocimiento en nombre de todos los aficionados locales y de la comarca; y por último, el alcalde de Vitigudino, Javier Muñiz, hacía lo propio en nombre del pueblo de Vitigudino.