Los actos de la víspera del Martes Chico, que apenas duraron media hora, consistieron en el pregón y en una actuación del Centro de Pilates y Danzas Tere
Ciudad Rodrigo empezó a celebrar en la noche del lunes su Martes Chico 2023, con una velada que esta vez también fue ‘chica’, ya que apenas duraron media hora en total los actos programados: el pregón a cargo del profesor Alberto Galán Gutiérrez y la actuación de baile oriental a cargo del Centro de Pilates y Danzas Tere, que está situado muy cerca del lugar donde este año se había montado el escenario para esta velada, en la confluencia de las calles San Cristóbal, Rastrillo, Lorenza Iglesias y Cárcabas.
La velada fue abierta por la nueva delegada de Comercio del Ayuntamiento, Paola Martín Muñoz, quién dio unas pinceladas sobre la jornada que se vivirá este martes (por ejemplo habló del número de puestos y su procedencia), antes de presentar al pregonero, Alberto Galán Gutiérrez, quién es profesor de Secundaria en el Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa de Ciudad Rodrigo.
Tras mostrar su apoyo a los Bomberos Voluntarios (“ellos son quienes de verdad dan sentido a la palabra solidaridad, algo de lo que adolece la sociedad de hoy en día”), Alberto Galán expresó de salida que Ciudad Rodrigo “debe ser el punto donde converjan” todas las tradiciones, enumerando el Carnaval, la Feria de Teatro, San Sebastián, la Semana Santa, el Farinato Sound o la Feria del Libro, añadiendo que “con valentía todo se lleva a cabo”, como el Martes Chico, que “permite echar la mirada más allá de la muralla y descubrir la vida que tienen estos barrios”.
Remarcando que “Miróbriga va ligado al comercio y el comercio de la Comarca va unido a Miróbriga”, Alberto Galán incidió en que “no solo debemos fijar la mirada en estas dos fechas [en referencia al Martes Chico y el Martes Mayor], hay otras cincuenta semanas para sentirse orgullosos de lo que aquí se hace”; los “días sin apellido, aquellos que llegan con la dureza y el desgaste en el campo”, de lo que “bien sabemos en la comarca”.
En este punto, habló de su familia, en concreto de su abuela Elo, que regentaba el Comercio de El Bodón (hoy en día lo hace su tía), donde “crecimos respetando y valorando el trabajo que allí se hacía”, tomándose el pulso “a todos los acontecimientos de la pequeña localidad”, siendo “el predecesor de los 24 horas”. Con esa referencia, quiso homenajear a las tiendas de cercanía, “las de toda la vida, con las que hemos crecido y a las que hay que defender”, porque “dan vida a los barrios, a las calles y a los pueblos, estrechan el lazo entre propietarios y clientes, permiten la supervivencia de la cultura rural y nos hacen sentir vivos”.
A continuación, Alberto Galán desveló de una forma bastante singular, a través de un poema, su vinculación con la zona donde se desarrolla el Martes Chico (mencionó por ejemplo que “hay lugares que saben a besos robados/en los muros de San Cristóbal”), confesando que “la Miróbriga de hoy día me tiene enamorado de la misma forma que la que me cautivó cuando era solo un niño”. Respecto al momento actual, se considera “parte implicada” en que la ciudad “siga brillando con ideas, con juventud, tendiendo puentes y no muros”.
Así, invitó a seguir construyendo “entre todos” una ciudad que “merezca la pena”: “levantemos un Ciudad Rodrigo de futuro, sin descuidar su presente y, mucho menos, su pasado”. Por último, dio las gracias a Miróbriga “por tu apoyo incondicional, generosidad, por aceptarme en tu corazón”, mostrando su “compromiso férreo de estar siempre para ti, para tus retos y desafíos”.
Concluida su intervención, Alberto Galán recibió una placa de manos de Paola Martín Muñoz y del primer teniente de alcalde, Ramón Sastre, máxima autoridad presente en el acto al encontrarse de viaje el alcalde. De este modo, fue Ramón Sastre el encargado de pronunciar unas palabras, mostrando para empezar su agradecimiento a los comerciantes y vecinos de la zona, “porque sin vosotros no sería posible” el Martes Chico, una jornada “fuerte para el comercio”, que “cada vez es más mayor en años, y más grande”.
Ramón Sastre reivindicó que “tenemos una ciudad viva, de cultura y comercio”, esperando que “pasemos un día especial apoyando nuestro comercio”. Por último, resaltó que este año tanto los comerciantes del entorno de La Glorieta como el Ayuntamiento han coincidido en el perfil a la hora de elegir, respectivamente, pregonero para el Martes Chico (Alberto Galán) y el Martes Mayor (Isabel Bernardo), ya que ambos son poetas.
Finalizado este discurso, tomó el relevo sobre el escenario Tere Fernández Yllera, del Centro de Pilates y Danzas Tere, quién ofreció un baile oriental de 8 minutos de duración con el que se completaron los actos de la víspera, para la cual Bar Camarosa extendió su terraza por la calzada de la calle Lorenza Iglesias.