Alcalde de Pereña de la Ribera desde 2015 y, desde hace menos de una semana, diputado provincial del PSOE por la comarca de Vitigudino, desgrana aquí su particular visión del papel de la Diputación en la provincia
A sus 67 años, Luis Rodríguez Herrero es el nuevo diputado provincial del PSOE por la comarca de Vitigudino tras su toma de posesión el pasado 18 de julio, un compromiso al que suma ser alcalde de Pereña de La Ribera desde 2015. Aunque en la comarca de Vitigudino ha sido más conocido por su profesión como médico de familia hasta su jubilación hace dos años, Luis Rodríguez fue un activo importante del PSOE en el País Vasco en las décadas de los 80 y 90, hasta que decidió regresar a su tierra hace 24 años.
¿Cómo llegó a la política?
Fui al País Vasco ejerciendo de médico y comencé a militar allí en el Partido Socialista de Euskadi. Durante 12 años fui concejal en un municipio de Vizcaya con mayoría absoluta nacionalista y en un momento determinado llegué a la Diputación como Director General de Servicios Sociales, momento en el que abandoné de forma transitoria la actividad profesional. Estuve de Director General de Servicios Sociales de la Diputación Foral de Vizcaya, aproximadamente dos legislaturas no completas. Luego estuve en otro organismo de la propia Diputación Foral y ya fue en 1999 cuando decidí dejar la política activa, por decirlo de alguna manera.
Entonces no le es ajeno pertenecer a una institución como la Diputación de Salamanca…
Salvando las diferencias que las diputaciones forales, que poco o nada tienen que ver con las diputaciones provinciales, efectivamente no me es ajena en ese sentido y en ese contexto. Es verdad que yo en la Diputación Foral de Vizcaya trabajé como técnico, aunque era un nombramiento político, y en este caso estoy como político y por representación política, es decir, esa es la diferencia fundamentalmente más importante que puedo establecer entre una y otra.
¿Cómo ha sido su llegada a la Diputación de Salamanca?
Decir dos cosas o por lo menos una reflexión. He llegado a la Diputación sin buscarlo, fundamentalmente, y sin esperarlo, y únicamente por una petición expresa del secretario general de mi partido para que fuera el diputado provincial por la comarca de Vitigudino correspondiente al Partido Socialista. Dicho eso, creo que también es importante decir que en este momento se corrige una situación anómala y una situación que yo definiría como que el diputado comarcal por el Partido Socialista en la comarca de Vitigudino, en los últimos cuatro años, ha estado secuestrado por una decisión personal, que nada tiene que ver con la representación política de los concejales y alcaldes socialistas de la comarca y sí con las situaciones personales que cada uno estima oportunas, entonces esto viene a corregir ese déficit.
Qué puede decir de esa experiencia como presidente de la mesa de edad en la Diputación…
La mesa de edad es lo que la ley determina. Puedo decir lo mismo que dije allí textualmente en ese momento. Ni por lo más remoto podía pensar encontrarme en una situación de esas cuando en el año 1999 decido de forma voluntaria dejar el País Vasco, en donde había vivido intensamente la política, además en momentos complejos y complicados, y retomar mi profesión como médico. Lo hice en aquel entonces diciéndole a mi familia que yo de mayor no me quería dedicar a la política y paradójicamente he tenido que presidir la mesa de edad de constitución de la Diputación de Salamanca por ser el diputado de mayor edad, lo cual no deja de ser un poco, por lo menos, anecdótico.
¿Qué opinión le merecen las diputaciones provinciales en cuanto a su papel en el organigrama administrativo?
Primero, y lo digo desde la cautela, siempre he pensado que el papel de las diputaciones provinciales se debería redefinir, por lo menos desde que en España tenemos un Estado autonómico consolidado. Las diputaciones provinciales son instituciones que proceden de hace muchísimas décadas, cuando en España no había estado autonómico, por lo tanto yo creo que se debe redefinir su papel. No podemos crear un Estado autonómico y al mismo tiempo mantener una institución que está de forma intermedia entre los ayuntamientos e instituciones supramunicipales.
No habla de suprimir como otros sino de ‘reacondicionar’...
No puedo hablar de suprimir diputaciones provinciales, entre otras cosas, porque no tengo elementos de juicio para llegar a esa afirmación tan rotunda, pero sí creo que hay que redefinirlas si no se quiere llegar, precisamente, a que en un momento determinado y desde el punto de vista administrativo, se llegue a la conclusión de que no tienen ningún sentido existiendo un Estado autonómico. Ese es un debate que los propios partidos políticos tienen que hacer y que deben hacerlo desde la reflexión serena, no desde el calentón de los resultados electorales porque no se puede estar multiplicando administraciones; porque al final, el dinero sale del mismo sitio, que es de los contribuyentes. Por lo tanto, yo en este momento, mi primera experiencia, a la primera conclusión que tengo y que quiero llegar cuando llegue el momento es saber si realmente las diputaciones, en el contexto en el que están en este momento y cómo están funcionando, si son útiles o no son útiles, y si son útiles habrá que redefinirlas y si no son útiles habrá que pensar qué se hace con ellas. Así de claro.
¿Cuál va a ser su papel principal como diputado socialista por la comarca de Vitigudino?
Todavía no se ha celebrado el Pleno para organizar administrativamente la Diputación. Yo soy un diputado provincial del principal partido de la oposición o de casi del único partido de la oposición, por lo tanto no nos tocará -evidentemente- llevar ninguna delegación expresa del presidente en ningún campo. Sí que estaré en aquellas comisiones informativas que, en función de cuál sea la organización, me parezca que se ajustan más a mis conocimientos técnicos. Entonces, en ese sentido, ya he tenido oportunidad de manifestar mis preferencias tomando como referencia las Comisiones informativas creadas y más o menos por orden he establecido primero Bienestar Social, la segunda Fomento y la tercera creo que Agricultura y Ganadería.
Imagino que como está jubilado no tendrá dedicación exclusiva…
No, evidentemente, y digo más. Ya en el plano estrictamente personal yo tampoco sabía cómo funcionaba la Diputación. El otro día me quise enterar un poco y parece ser, es así, que los diputados provinciales los que están liberados están liberados y los que no están liberados, en este caso yo mismo, se nos ponen asignaciones por asistencia a los órganos colegiados, que son comisiones informativas y plenos, pero no sé cuál es la cuantía por cada una de las asistencias. En cualquiera de los casos me reservo qué voy a hacer con esas asignaciones después de descontados los gastos que me pueda generar ir y venir a las comisiones, porque no es menos cierto que yo soy un asalariado del Instituto Nacional de la Seguridad Social, por lo tanto me plantearé qué hago con esa asignación. Dicho eso, creo que el principal objetivo que tengo, indistintamente de que esté en una u otra comisión, es insistir en una reflexión que desde esta tierra me parece evidente, y es que la provincia, nuestra provincia, es mucho más que Salamanca, Ciudad Rodrigo, Béjar, Alba de Tormes, Santa Marta o Peñaranda, que nuestra provincia es mucho más que Salamanca y el alfoz y que los pueblos más vulnerables de nuestra provincia son, precisamente, los más alejados de la capital y que, por lo tanto, la justicia no es darle a todos lo mismo sino darle más a quien más necesite, y, posiblemente, esos pueblos que están más alejados de la capital, es decir la zona oeste y la zona del Abadengo, zona de la Sierra, etc., son los que tienen que estar en el primer plano y como objetivo de la Diputación Provincial. Aunque solo sea como en función de Pepito Grillo, mi principal, o por lo menos así me he planteado, mi principal objetivo es recordar un día sí y otro también que nuestra provincia es mucho más que eso, es mucho más que Salamanca y su alfoz, y que son precisamente los pueblos que están más alejados los que más necesidades tengan porque, por otra parte, son los más vulnerables y los que corren más riesgos de persistir como pueblos. Porque, que no se engañe nadie, esto es una experiencia ya conocida, Salamanca se salvará si somos capaces de salvar a todos y cada uno de sus pueblos, porque si los pueblos mueren Salamanca también lo va a pasar mal, aquí no se salva uno a costa de los demás, o nos salvamos todos o no nos salvamos nadie.