Ciudad Rodrigo mantiene vivo el recuerdo de sus caídos en la Guerra de la Independencia

Coincidiendo en esta ocasión con la fecha exacta en la que tuvo lugar la capitulación frente a las tropas napoleónicas tras resistir dos meses y medio de duro asedio (en un claro desequilibrio de 6.000 habitantes frente a 70.000 soldados, como recordó Carlos García Medina), Ciudad Rodrigo rindió homenaje en la mañana del lunes a sus caídos en la Guerra de la Independencia, con un acto militar encabezado por el Regimiento de Especialidades de Ingenieros Nº11 de Salamanca.

En este tercer año consecutivo que se realizaba, el homenaje tuvo lugar en plena mañana de día laborable, en vez de en sábado como en las ocasiones precedentes, lo que no varió significativamente la asistencia de público (que en todo caso fue ‘baja’) a este acto, que como en años previos contó con la presencia de Andrés Pérez de Herrasti y Goyeneche, descendiente del Gobernador militar del mismo nombre que tomó la decisión de la capitulación “de forma honrosa, sin provocar una tragedia”, según Carlos García Medina.

El homenaje se desarrolló en la Plazuela de Herrasti, donde está situado el monumento en recuerdo del Gobernador, comenzando la actividad en la misma con la entrada en escena desde la calle Estacadilla de la fuerza militar participante, la Sección de Honores del Regimiento de Especialidades de Ingenieros Nº11 de Salamanca. El arranque oficial se produjo con la entrada desde la zona de la Catedral de la autoridad militar encargada de presidir el acto, el Coronel Luis Fernando Núñez Allué, Jefe del citado Regimiento.

Para empezar, Luis Fernando Núñez Allué pasó revista a las tropas formadas a las puertas del Seminario Diocesano (que estaba engalanado para la ocasión), antes de saludar a las autoridades civiles y militares presentes, entre los que se encontraban buena parte de los miembros de la Corporación Municipal con alcalde Marcos Iglesias al frente, el Obispo de Ciudad Rodrigo José Luis Retana, o la futura pregonera del Martes Mayor, Isabel Bernardo Fernández, en su calidad de embajadora de la marca Ejército.

El acto en sí, que apenas duró un cuarto de hora, tuvo dos componentes. En primer lugar, se procedió al izado de la bandera de España por parte de dos soldados del Regimiento de Especialidades en el mástil situado junto a la Brecha Grande, mientras la Banda de Guerra del citado Regimiento interpretaba el Himno Nacional.

A continuación, se procedió al homenaje a los caídos, consistente, tras el encendido de un caldero, en el depósito de una corona de laurel a los pies del Monumento a Herrasti por parte de Luis Fernando Núñez Allúe y Andrés Pérez de Herrasti. En ese solemne y respetuoso momento, José Luis Retana pronunció un responso en memoria de las víctimas.

A diferencia de los dos años precedentes, este acto de homenaje en la Plazuela de Herrasti no contó con discursos, con lo que sin dilación todas las autoridades civiles y militares abandonaron el lugar en dirección a la Plaza Mayor, donde esperaron la llegada de la fuerza militar, que sin mucha demora desfiló formalmente desde la Plazuela de Herrasti, lo que sorprendió –al no estar al tanto de lo que se estaba celebrando- a unas cuantas de las personas que había por las calles, tanto mirobrigenses como turistas.

En la Plaza Mayor, la fuerza militar pasó por delante de todas las autoridades, entre las cuales ocuparon un lugar destacado Luis Fernando Núñez y Marcos Iglesias, quienes a continuación se acercaron a despedir a las tropas para dar el acto por cerrado, momento en que se oyó algún Viva España entre el público asistente. En ese instante, los integrantes de la Banda de Guerra del REI procedieron a dejar sus instrumentos en la antigua Oficina de Turismo de la Casa Consistorial de cara al concierto que ofrecerán a las 21.00 horas en plena Plaza Mayor mirobrigense como cierre de las III Jornadas Napoleónicas – Homenaje a Herrasti.