Hoy, como desde hace 38 años, sigue disfrutando de los veranos en el camping y su caravana, junto a la gran familia que se ha formado en Jerte, su lugar de estancia
El verano es sin duda la época del año que bien puede ofrecer multitud de opciones variopintas para disfrutar de un más que esperado tiempo de relax y desconexión. Variables casi infinitas que nos pueden llevar desde la playa y el hotel, al turismo más de interior y montaña o, como lo vive el peñarandino José Bernal González, en el camping y a bordo de su caravana, que se ha convertido en la residencia veraniega mas especial y esperada en cuanto comienzan a asomar los primeros rayos reales del sol y el buen tiempo.
El, junto a su familia y a un numeroso grupo de personas, son el ejemplo claro del verano alternativo que se puede disfrutar en el camping, espacio al que lleva acudiendo como un clavo cada año desde hace décadas.
“Hace ya como 38 años que disfruto de los campings, habiendo estado 5 años en Hoyos del Espino y ya 32 en el Valle del Jerte, lugar en el que estoy disfrutando también este año” asegura José, quién espera con ganas la llegada de los fines de semana sobre todo para emprender la marcha y desconectar de la vida diaria.
Pero los orígenes de esta pasión comenzaban muchos años atrás. “Empezamos a ir a los campings con una sencilla tienda de campaña y ya nos enganchaba la idea y el ambiente. Poco tiempo después, cuando comenzábamos a tener más posibilidades económicas, compre un carro y años después lograba tener la caravana” explica, quién además añade que “la tenemos todo el año aquí en el camping del Jerte, por lo que en cualquier momento que podemos nos escapamos”.
Un verano, el de estos espacios y las caravanas, que ofrece también no poca cercanía con quienes cada año pueblan estos recintos, algo que, tal y como afirma José, “son mucho más que compañeros. Nos juntamos con gente de nuestro mismo pueblo, pero también con otra mucha de no pocos sitios diferentes…con el paso del tiempo y los años más que amigos llegan a ser una segunda familia y como tal disfrutamos”.
Una realidad que, si le preguntamos por las diferencias que se pueden vivir con las cotidianas vacaciones costeras, contesta de manera contundente, “el camping es mucho mejor. Los niños viven y disfrutan mucho más en el campo, con aire limpio, posibilidad de disfrutar de rutas y sentir la naturaleza más pura y en toda su esencia. Además, sirve para cambiar la vida que haces todos los días… nos gusta la pesca, hacemos comidas…nos disfrazamos en fiestas que hacemos aquí con todo el grupo…te lo pasas muy muy bien y siempre en contacto con la naturaleza”.
Hoy, a sus 71 años, continua con el ritual que le lleva hasta el Jerte desde aproximadamente mediados del mes de marzo y hasta mediados de agosto, sin fallar una sola fecha, y disfrutando junto a su familia y amigos, bueno su ‘segunda familia’, de momentos tan especiales y originales como la llamativa fiesta de San Fermín que ha celebrado este mismo fin de semana, en la que las caravanas y sus terrazas ha vuelto a llenarse de diversión y familiaridad, mostrando la realidad de esta otra cara del verano.