La Romería al Santuario del Risco Mariano ha vuelto a transcurrir sin incidentes de relevancia
La Hermandad de Nuestra Señora la Virgen de la Peña de Francia retornó a última hora de la tarde del lunes al núcleo urbano de Ciudad Rodrigo como cierre de su Romería hasta el Santuario del Risco Mariano, que según apuntaron en esa despedida las caras visibles de la Hermandad ha salido muy bien, sin incidentes de relevancia y tras haber tenido “un poco de todo”.
Ese último comentario de los miembros de la Hermandad iba referido principalmente a las condiciones meteorológicas, ya que, aunque han sido días de bastante calor, también ha habido momentos de frío por las noches (de igual modo hay que recordar que la salida de Ciudad Rodrigo fue bastante más fresca que en años anteriores).
La velada del domingo al lunes la pasaron en Morasverdes, desde donde fueron avanzando a lo largo del lunes según el planning previsto, pasando por Tenebrón, Vallefrío, El Baldío, la Finca San Miguel y la Ermita del Alto de Valhondo, todo ello con mucha puntualidad. También a la hora prevista salieron de esta Ermita (a donde devolverán la imagen de la Virgen en los próximos días) para hacer su entrada en torno a las 20.00 horas en Ciudad Rodrigo, donde bastantes personas esperaban en las calles a los romeros.
Al igual que en el momento de la salida, la comitiva iba escoltada por un vehículo de la Policía Local, al que seguía otro de la propia organización, tras el cual ya marchaba el estandarte de la Hermandad (esta vez portado a caballo), la carreta con la imagen de la Virgen tirada por varios caballos, unas cuantas personas a pie, un amplio número de carretas y otro tanto de caballistas, cerrando varios vehículos de la organización. Según apuntaron desde la Hermandad, este año les han acompañado bastantes personas a caballo, aunque no todas pudieron estar presentes en el regreso debido a motivos laborales.
Sobre las 20.15 horas todos ellos llegaron al que fue punto de salida de la Romería el viernes: el Convento de las Madres Carmelitas, procediéndose en primer lugar a bajar la imagen de la Virgen Morena de la carreta en la que ha hecho el trayecto. Con la compañía del capellán de las Carmelitas, Manolo Peláez, los romeros, junto con todos los que se acercaron a vivir esa despedida, cantaron la Salve y lanzaron vivas a la Virgen, a los romeros y a la Madre de Dios, tomando la palabra Verónica María Sastre para desear que el año que viene todos puedan volverse a dar cita en la Romería.
En ese momento, la imagen fue introducida en el interior del Convento, donde fue recibida con un Canto por las Hermanas Carmelitas. Verónica María Sastre rezó una última oración antes de todos los que habían entrado diesen un aplauso general como cierre, momento en el que unas cuantas personas quisieron acercarse a sacarse fotos con la Virgen.