Estefanía García, delegada en Salamanca destaca que “hemos contactado varias veces con los distintos gobiernos y con la Junta, pero no se ha obtenido una respuesta clara. Es algo que se está dejando pasar”.
La inclusión del óptico-optometrista en la sanidad pública es primordial y es la principal reivindicación que están llevando a cabo desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (COOCYL). Una reivindicación que llevan trasladando a la Consejería de Sanidad desde hace varios años, para así garantizar una atención de calidad en la salud visual de los ciudadanos. En este sentido, Estefanía García, delegada de COOCYL en Salamanca destaca que “hemos intentado contactar varias veces con los distintos gobiernos y con la junta, pero no se ha obtenido una respuesta clara. Es algo que se está dejando pasar”.
Castilla y León, tras Navarra, fue la primera comunidad en reconocer la categoría de óptico-optometrista como profesional sanitario en el año 2004. Sin embargo, en la actualidad son once las comunidades autónomas que cuentan con este perfil de profesionales en su sistema autonómico de salud, pero la región castellano-leonesa no es una de ellas, por lo que aseguran que “ya vamos tarde”.
Los beneficios de un óptico-optometrista en la sanidad de Castilla y León serían muchos. Así, García señala que “serían en especial para los ciudadanos al disminuir las listas de espera. Podríamos filtrar a los pacientes, por un lado los que solo necesitan acudir a la óptica por problemas de refracción o los que realmente tienen que acudir al oftalmólogo, ahí ya tienes un gran corte. Por otro lado, podemos detectar a tiempo patologías para evitar que tengan peores consecuencias para la visión, y esto haría que el coste de la atención fuera mucho más económico si el óptico estuviera en la sanidad pública”.
En este sentido, según la última estadística oficial de la Consejería de Sanidad, al finalizar marzo de 2023 había un total de 52.296 personas esperando una primera consulta en los servicios de Oftalmología de los diferentes hospitales de Castilla y León.
Además, a esto hay que sumarle el ahorro que supondría al sistema público y las demandas de los ciudadanos para la incorporación de estos profesionales en los sistemas públicos de sanidad. En este sentido, cabe destacar que el 70% de ciudadanos que se revisan la vista periódicamente, la mayoría (47%) lo hace en establecimientos sanitarios de óptica, siete puntos más que en 2017.
Del mismo modo, el 85% de los castellanoleoneses les parecería bien que, ante un problema de salud visual, antes de que su médico los derive al oftalmólogo, hubiera un óptico-optometrista que los atendiera. El 63% de los ciudadanos considera las ópticas como un servicio esencial, y el 83% cree positivo disponer de un óptico-optometrista en la atención primaria. Todo ellos, datos recogidos en la última edición del Libro Blanco de la Salud Visual en España.
En este sentido, el COOCYL ha puesto en marcha una campaña de comunicación con el objetivo de crear conciencia social para lograr la presencia de los ópticos-optometristas en la sanidad pública de la comunidad como avance cualitativo y necesario para la mejora de la salud visual de los ciudadanos y la reducción de las listas. Su lema, ‘Ópticos en SACYL. Por la inclusión de los ópticos-optometristas en la sanidad pública de Castilla y León’.
En definitiva, el objetivo es mejorar la atención a los ciudadanos y sus problemas de visión en colaboración con otros profesionales. “Siempre que se trabaje con equipos multidisciplinares es algo que cada vez está más en tendencia porque es la manera de dar mejor atención, y colaboramos tanto con enfermeras, como con médicos o pediatras, por lo que la atención a los pacientes va a ser mucho mejor y mucho más especializada”, concluye Estefanía García Treviño.