Sin respiro tras las elecciones municipales y autonómicas comienza la cuenta atrás para unas nacionales que serán en poco más de 30 días.
Como uno no es analista político sólo un aficionado ciudadano que le gusta, de cuando en cuando, pararse a pensar en qué está pasando aquí; pues seré breve, porque casi todo ya está dicho o se ira diciendo en estos días que quedan de sofocante, y cansino ya, clima preelectoral.
Unos dicen que España se ha vestido de azul, otros que de azul-verdoso, y que las gaviotas van a sustituir a las aves autóctonas en muchos lugares de nuestra geografía (sobre todo en Doñana).
Si antes teníamos instituciones bipartidista en política (PP-PSOE), hoy tenemos dos bloques fragmentados –uno más que el otro - y enfrentados, pero todo sigue igual. Porque seguirán gobernando las minorías a través de los pactos aquí y allá, no las listas más votadas.
España, dicen los entendidos, ya no es diferente desde hace varias décadas. Poco a poco se va incorporando a la tendencia a hacia las derechas de resto de Europa, lo que pasa es que, como siempre, vamos con algo de retraso.
El bloque de la izquierda mordió el anzuelo que le lanzó la oposición y se limitó a defenderse de las acusaciones y de los miedos que con vehemencia airearon las derechas, elevando el debate del nivel local y autonómico, en que debió tener lugar, a clave nacional. Como ya decía Bernard Shaw, el dramaturgo irlandés: La política es el paraíso de los charlatanes.
Dominaron temas como el cine gratis para los mayores, los descuentos para que puedan viajar los jóvenes, las políticas de vivienda, Bildu, ETA o las acusaciones de pucherazo, pero de gestión regional o local más bien poco.
La Vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, fue pasando de flor en flor, cual abejita Maya, pero con la ropa a buen recaudo, sin embargo parece que no le ha salido bien la jugada. Aunque tal vez su intención oculta fuera recoger los jirones de la izquierda para sumarlos a su plataforma que ya ha registrado como partido político. Aldous Huxley, el autor de la utopía Un mundo feliz escribió: Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje.
Los argumentos del PP para presentar la buena gestión que dicen han hechos sus alcaldes y presidentes autonómicos brilló por su ausencia, porque su único objetivo, el que repitieron hasta la saciedad, era terminar con el ‘sanchismo’, algo que nunca explicaron lo que era. Y es que en este país, ya se sabe, se vota más en contra de uno que a favor de otro. El caso es que eso de terminar con el ‘sanchismo’ no es ninguna propuesta política, es sólo un slogan de campaña vacío de contenido.
Al final el superviviente Sr. Sánchez guardaba una as bajo la manga y lanzó un órdago a la grande, como ya hizo en ocasiones anteriores. Al día siguiente de conocerse los resultados, el primero que según la ley en que era posible hacerlo, convocó elecciones nacionales.
Y dicen que esto ha pillado con el pie cambiado a las derechas, a las que ha privado de celebrar su triunfo por todo lo alto, y eso jode (con perdón). Ya no podrán pedirle durante algunos meses que deje hablar al pueblo español lo que Feijóo pedía a gritos. Ahora el problema son las vacaciones.
Otras importantes consecuencias han sido, por un lado, que ha obligado a todos los partidos de izquierda a ponerse las pilas tras verle las orejas al lobo. Por otro que ha forzado al PP a retratarse y explicar sus posibles pactos con VOX, que sin duda necesitará y que no le saldrán gratis. Y por último el final, ya anunciado, de Ciudadanos, me refiero al partido político porque los ciudadanos cada vez pintamos menos en todo esto.
La Señora Ayuso también ganó, y mucho, ahora se vislumbra como la sucesora de su presidente, tras haber hecho desaparecer de la escena política Casado. Peligro, peligro. Y es que según Antonio Machado: En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
En definitiva, como dijo Sánchez, pagaron justos por pecadores. La buena gestión de algunos, y de eso trata precisamente la política de gestionar los derechos y los recursos de todos, quedó eclipsada por un discurso más dirigido a las bajas pasiones que a la razón.
Veremos en que acaba todo esto. De momento ni Sumar sumó, ni Podemos pudo.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.