Miguel Sahagún, un amante de Salamanca que cada año viene con sus alumnos de EE.UU.

Miguel Sahagún es un profesor natural de México que vive y trabaja en EE.UU. Aunque es “un tercio salmantino”, explica mientras disfruta de una caña y una tapa en un céntrico local de hostelería de la ciudad.

Lleva 12 años viniendo a Salamanca cada mes de mayo con sus alumnos. Todo comenzó entonces. Él estudió en México Ingeniera Industrial, tas acabar la carrera comenzó a trabajar en una multinacional en la frontera de México y EE.UU. y, progresivamente, comenzó a conocer el mundo de la educación.

“Fui conociendo más de cerca el mundo de la cuestión académica, que siempre me ha gustado”, y continuó preparándose para ello. Empieza a dar clases en una pequeña universidad de México y, tras aceptar un puesto como director del área de maestría, comeinza a ofrecer a profesores de la Universidad de Texas dar esas clases. “Uno de ellos me dice que porqué no lo hago al estilo americano, que por qué no estudió un doctorado. Y pensé un reto más, adelante”.

Comenzó la formación específica en mercadotecnia, más concretamente en el área de la manufactura que consiste en enfocarse en un producir de manera eficiente. Saber cómo una empresa tiene que venderlo y sea un éxito. “Para que una empresa sea exitosa, es necesario saber qué quiere su cliente”, explica. Y para ir un paso más, se centró en mercadotecnia internacional.

Gracias al acuerdo entre ambas universidades, desde hace 12 años cada mes de mayo viene a Salamanca con un grupo de alumnos. Aunque dan las clases y entregan sus trabajos en inglés, tienen que conocer cómo se comporta la sociedad para analizar qué estrategia funcionaria para que una empresa vendiese su producto y triunfase. “Tras un mes aquí, se nota muchísimo la evolución”, cuenta a este medio de comunicación.

Además de estudiar, “les obligó a que salgan, a que se tomen algo en la Plaza Mayor observando a las personas, que no se queden en la superficie, que entienden por qué la gente actúa así. Al principio llegan y, por ejemplo, no entienden porque si hay aire acondicionado no se pone todo el día. También les pongo como tarea que vayan al parque de La Alamedilla de 15:00 horas a 156:30 horas. Después me dicen: no están todo el día echado la siesta, vemos a abuelo, a padres que van a buscar a sus hijos a la escuela…”. Conocen la sociedad de aquí y descubren que no todo es como pensaban. Así, conociendo al cliente y observando pueden crear la mejor estrategia para una empresa.

“La evolución que veo a lo largo de estas semanas es impresionante”, añade. Además, durante los fines de semana viajan y hacer turismo. Este año han ido a Andalucía, San Sebastián, Guarda (en Portugal), etc. “Así también conocen las diferencias que hay dentro de España y que no la misma estrategia funcionaría en todas las ciudades”.

Uno de los fines de esta experiencia es que descubran cómo las diferencias éticas y moral entre culturas pueden hacer que un negocio cometa un error, aunque no lo quiera.

Miguel está orgulloso de este proyecto y no se cansa de venir a Salamanca cada año. Ya lo considera su casa. “Ya tengo amistades aquí y todo eso hace que este viaje sea diferente cada año. Llego a una zona de confort. Eso me ayuda a querer siempre más”, añade. “Soy un amante de Salamanca, de su gente, de la gastronomía y de sus lugares”.

El año que viene volverá, no tiene dudas. “Aquí estaré con un nuevo grupo, ya lo tengo casi organizado”, concluye.