La Vía de Rodeo, presunta necesidad efímera.

^{Imagen publicada en Salamancaenelayer del Palacio Maldonado o marqueses de Castellanos, derribado en 1971 para permitir el paso de la actual Calle de Íscar Peyra.}

Según parece todo empezó en 1902, retomando el Ayuntamiento la idea de crear una "Gran Vía” en Salamanca. Moda surgida en España con el cambio de siglo, persiguiendo mejorar el incipiente tráfico, pero sobre todo cambiar los centros urbanos. A partir de esa idea, coincidiendo con la de un nuevo puente, se condicionó el rediseño del espacio dentro de la primera ronda. Circunvalación esta existente algunos siglos antes de la desaparición de las murallas, si bien entonces costó verle utilidad. Acabando el siglo XIX también había empezado eso de ensanchar calles adecuándolas a los nuevos tiempos, algo no muy del agrado de Don Miguel de Unamuno.

^{Sobre una imagen aérea de 1946 del Instituto Geográfico se dibujan los cambios en el callejero.}

Lógicamente la Gran Vía termina instaurando la necesidad de conectarse a todo el centro de la ciudad, evitando el paso por la Plaza Mayor. El Plan falangista, no nacido, de 1939 dibuja el croquis viario (ensanches de calles) llegado a nuestros días. Pero no es hasta mediados de los años 70 cuando culmina ese planteamiento, “abriendo” la Gran Vía por el sur y la Vía de Rodeo en torno a la Plaza Mayor. Visto con perspectiva, parece más un proceso de especulación al amparo de una supuesta necesidad.

^{El libro de David Senabre contiene un CD con la foto de la izquierda, un antes y un después de la nueva Calle Prado.}

Según David Senabre en su libro “Desarrollo urbanístico de Salamanca en el siglo XX” ninguna de los dos “nunca resolvería el problema del tráfico en la ciudad”. En realidad, responden a un modelo ya agotado entonces. Por esos años se consolidan teóricas urbanísticas y de movilidad en sentido contrario, buscando reducir vehículos en las calles. Como muestra un repaso a la entonces Colección “Nuevo Urbanismo” del Instituto de Estudios de Administración Local, hoy INAP, traduciendo libros sugestivos.

^{Del mismo CD la Calle de Íscar Peyra. Tuvo dos direcciones y la Línea 5 de autobús urbano circuló por ella.}

Ahora casi todo ese esquema viario, tan vital para el tráfico en el centro de la ciudad según las numerosas páginas llenas del continuo debate (y origen de alguna actuación municipal decidida en los estertores del franquismo), se reorienta hacia el modo caminar. Y la Gran Vía acumula propuestas en ese sentido, en otras ciudades se han vuelto mucho más peatonales. Como le pasa a la vieja Vía de Rodeo salmantina, Calles de Prado e Íscar Peyra, ahora peatonalizadas.

^{Vista actual de la un tanto desangelada Calle Prado.}

El resultado de la actuación es interesante en gran medida. La Calle de Prado ha tenido una leve intervención ¿orientada a alentar la aparición de charcos antes inexistentes si llueve alguna vez?. Haber trasladado el diseño de más adelante incorporando algún jardín, para estrechar de paso la calzada por muy peatonal que ahora sea, junto a algo más de mobiliario urbano hubiera sido buena idea.

^{La nueva perspectiva de la Calle de Íscar Peyra.}

Desde luego en Íscar Peyra el resultado es más brillante. Lástima no haber rediseñado el espacio de los contenedores, poco afortunado. La creación de pequeños jardines, supongo relacionado con el último descubrimiento municipal de la necesidad de romper la impermeabilización del asfalto y demás pavimento para permitir profundizar a la humedad, queda bastante bien y el diseño se ha extendió por las calles del entorno.

^{Menos de 1'80 metros entre las terrazas y la rampa de acceso a una cochera, y parece haber espacio suficiente para acomodarlo todo.}

Quizás siga faltando color al pavimento salmantino, desde los atractivos juegos de rollos en La Plaza del Concilio de Trento ha habido poca innovación, salvo la Calle de Gibraltar y el Patio Chico. En definitiva, el proceso de peatonalización del centro salmantino avanza, 50 años después de la Plaza Mayor. Décadas donde se culminó la destrucción del viario tradicional salmantino, con la desaparición de un caserío más acorde a su historia urbanística.

^{La "acera" es ancha pero ¿no estaría mejor el aparcamiento de bicis y papelera antes del jardín en un espacio no marcado como aparcamiento?}

No reivindico la cochambre como diría alguno, pero ya se desarrolló una intensa renovación inmobiliaria en el siglo XIX y primera mitad del XX de la que apenas van quedando cosas. Han desaparecido conventos, fuimos una ciudad de tapias, iglesias y edificios civiles de esos que dan carácter y personalidad propia a una urbe. Unamuno estaría mucho más disgustado. Puede ser buena idea aprender de nuestro pasado y repensar mejor esas brillantes operaciones urbanísticas tan vitales para el progreso que el tiempo demuestra fútiles, salvo su rendimiento económico privado, y generan calles perfectamente intercambiables con cualquier otra ciudad.

^{La conexión entre calle peatonal y de tráfico es bastante afortunada para los peatones.}