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La sequía y la tuberculosis asfixian a los agricultores y ganaderos salmantinos
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ESPECIAL CAMPO

La sequía y la tuberculosis asfixian a los agricultores y ganaderos salmantinos

Actualizado 09/05/2023 11:00
Miguel Corral

La cosecha de cereal se reducirá un 50% respecto a una normal y las medidas para el control de la tuberculosis pone al vacuno de carne contra las cuerdas

‘A perro flaco todo son pulgas’. Si a la pertinaz sequía del año pasado sumamos la de esta primavera y la normativa para atajar la propagación de la tuberculosis bovina, nos encontramos con la tormenta perfecta para que al campo salmantino le entren todas las dudas del mundo sobre su futuro, una situación también influenciada por la guerra en Ucrania como consecuencia del encarecimiento del cereal para la elaboración de piensos animales y la subida de los fertilizantes, además de la energía eléctrica y los carburantes, aunque estos últimos factores parece que comienzan a dar un respiro a todos.

Según algunas OPAs, a mediados de abril la sequía asfixiaba ya al 60% del campo español y producía pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano. Desde septiembre, momento que comienza el Año Hidrológico, en comparación con el valor medio normal entre los años 1991 y 2020, la precipitación registrada es de un -18,8%.

Consecuencia de ello, en Castilla y León como en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, Cataluña, Aragón y Murcia se dan prácticamente por perdidas las cosechas de trigo y cebada. En el regadío también preocupan las restricciones en la dotación de agua, que mermarán con toda seguridad las siembras de verano y harán que muchos agricultores opten por reducir la superficie de maíz y girasol en la provincia salmantina.

El pasado 11 de abril la Junta de Gobierno de la CDH establecía medidas para el uso racional del agua en la campaña de riego en los Sistemas Pisuerga, Bajo Duero y Torío- Bernesga, estableciendo una dotación máxima de 3.500 m3 por hectárea. Todo ello derivado de la situación comprometida en la que se encuentran los sistemas Pisuerga y Bajo Duero al disponer de unas reservas en sus embalses del 48,5%, 26 puntos menos que la media de los diez últimos años (74,7%), según el informe elaborado por los servicios técnicos de COAG.

Pero si la sequía afecta a los agricultores no lo hace menos a los ganaderos, los cuales ya saben que deberán hacer frente a una alimentación extra de su ganado por la falta de pastos. A mediados de abril, en algunas zonas de la provincia ya se segaban parcelas de forraje para evitar así que acabase totalmente seco. Asimismo, saben que no podrán evitar nuevas subidas en el pienso por el encarecimiento del cereal debido a su escasez por la sequía, pero también por el veto que trata de implantar la UE a la llegada de grano procedente de Ucrania para no perjudicar a los agricultores europeos.

Así las cosas, ni el precio récord que en estos momentos presentan los animales tanto para cebo como para sacrificio en vacuno, ni en porcino y en ovino, compensará el incremento de los costes de producción, de ahí su malestar y preocupación, también por verse en poco más de un mes cara a cara con las cisternas.

Tuberculosis bovina

Pero por si la sequía fuera poco, a los ganaderos de vacuno y explotaciones mixtas, la gran mayoría de las registradas en la provincia de Salamanca, se suman las medidas contra la tuberculosis bovina y la lengua azul en la zona con mayor número de cabezas de vacuno de España.

Desde el mes de febrero la Junta de Castilla y León ha endurecido las medidas para ‘erradicar’ la tuberculosis, una palabra que no quieren ni oír los ganaderos porque consideran que en comarcas como las de Vitigudino, Campo Charro o Ciudad Rodrigo, la erradicación “es imposible” por diferentes factores, el primero por la alta tasa de animales por kilómetro cuadrado en explotaciones de extensivo, el segundo por el método de detección de la enfermedad, “que falla más que una escopeta de feria”, y tercero porque la fauna silvestre es un reservorio imposible de controlar.

Como no puede ser de otro modo, son las zonas más ganaderas las que mayor índice de prevalencia han registrado en los controles. La fórmula que la Consejería de Agricultura y Ganadería ha implantado para tratar de controlar la enfermedad se basa en la aplicación de medidas de control de los movimientos de acuerdo a la Zona de Especial Incidencia (ZEI), divida esta en Zona 1 y Zona 2.

Se están sacrificando animales que no son positivos y quedan otros con la enfermedad”

Los ganaderos están cansados y frustrados tras años haciendo lo mismo para finalmente seguir enviando vacas al matadero, una frustración que puede desencadenar una reacción en cadena y que muchos ganaderos que están al borde de la jubilación decidan adelantar ese momento y vender sus vacas, con el consiguiente efecto económico que ello causaría en una provincia como Salamanca y en comarcas como las de Vitigudino, Ledesma o Ciudad Rodrigo. Como señala Octavio Gonzalo, presidente del sector del Vacuno de Carne en Cooperativas Agroalimentarias de España, a 31 de marzo Castilla y León contaba con 14.000 vacas menos que el año anterior en esa misma fecha, lo que supone un descenso de más de 1,5% en la comunidad, “la curva ha empezado a descender y es algo en lo que la Administración no puede mirar a otro lado”.

Para Gonzalo, el método de detección de la enfermedad falla, por lo que “se están sacrificando animales que no son positivos y es obvio que hay animales que no se han sacrificado y que pudieran ser a lo mejor positivos, con lo cual el control de la enfermedad se está haciendo de una manera en principio no al 100% eficaz y eso, evidentemente, está generando un problema a nivel de control de la tuberculosis”.

Otra de las reivindicaciones del sector es que “no se toman medidas con la fauna salvaje” a pesar de la insistencia de los ganaderos durante años sobre este asunto, “la fauna es un vector transmisor al igual que pueda ser un vacuno, entonces no podemos pretender erradicar y hablar de erradicación de una enfermedad cuando está conviviendo con nuestros animales, una fauna salvaje que en muchos momentos está protegida por la legislación, entonces poner el ojo solo en el vacuno de carne es una auténtica utopía querer acabar con la enfermedad”.

Para este experto en ganadería y vacuno de carne es imprescindible “olvidarnos de erradicar y vamos a hablar de controlar la enfermedad, y vamos a ver de qué manera se puede trabajar en un futuro, en una vacuna o en algo que pueda abordar el problema sanitario de esta enfermedad. Es irrisorio escuchar a Europa hablar de que en el 2030 tiene que estar erradicada la tuberculosis bovina en este Continente en lo que no cambien los métodos ni se invierta en I+D ni se mejoren ciertas cosas. Eso no va a pasar porque llevamos así ya treinta y tantos años y no va a pasar nada diferente en los próximos 7”.

Para muchos ganaderos es inconcebible que en la provincia con más vacas de España se lleven los terneros a cebar a Cataluña o a Aragón por la falta de ayudas para crear instalaciones de engorde de terneros, lo que limitaría el riesgo de propagación de la enfermedad al reducirse los movimientos de animales, además de mejorar la capacidad productiva de la provincia y crear empleo. “Hace dos años debido a las movilizaciones se consiguió un presupuesto que se ejecutó en el año pasado y evidentemente ha sido una ayuda que no entendemos por qué no ha tenido continuidad cuando encima hubo un acuerdo de que si se consumía el presupuesto de 3 millones de euros se volvería a sacar en la siguiente anualidad otra línea de ayudas, pero no se ha hecho y no entendemos por qué. Quiere implantar medidas de bioseguridad y fomentarlas pero sin ayudas para ello y eso es fundamental para controlar la enfermedad, menos dinero en Eulen y más dinero en esto”, concluye Gonzalo. Y es por la falta de flexibilización de las medidas por lo que se convocaba una segunda protesta el 3 de mayo.

GABRIEL GONZALO / GANADERO

La sequía y la tuberculosis asfixian a los agricultores y ganaderos salmantinos | Imagen 1

Tenemos que convivir con la tuberculosis”

Ganadero de la localidad de Moronta con una explotación de vacuno de carne que se reparte por las localidades de Moronta, Escuernavacas, Vitigudino, Yecla de Yeltes y Pozos de Hinojo, Gabriel Gonzalo considera que “hay que cebar todos los animales, aunque sean positivos, porque en el precio final de la cadena es como menos se pierde”.

En su opinión la tuberculosis es muy difícil de erradicar sin vacuna y por el hecho de que “la fauna silvestre salta de parcela en parcela y así es muy difícil. Tenemos que intentar, Administración y ganaderos, convivir con la enfermedad porque la erradicación es imposible, tenemos que convivir con la tuberculosis”.

EXIGENCIAS DE LOS GANADEROS

  • Que se revoque la declaración de la zona especial incidencia en las cuatro comarcas de Vitigudino “por lo ineficaz de la restricciones y el incumplimiento de los compromisos en facilitar determinados movimientos, al igual que las compensaciones a los damnificados”.
  • Facilitar los movimientos a cebaderos con destino a matadero, que se retomen los acuerdos de flexibilización del movimiento en los casos de positividad dudosa, que se respeten los periodos de difícil manejo en las explotaciones extensivas.
  • Que se controlen los reservorios de la enfermedad en la zona silvestre en los entornos donde conviven las ganaderías domésticas.
  • Que se establezcan indemnizaciones acordes con el valor del ganado, teniendo en cuenta el valor genético, lucro cesante y descapitalización de la ganadería.
  • Que se preste un servicio profesional responsable y organizado por parte de los veterinarios encargados de las campañas, un cambio radical en los responsables de su desarrollo y encargar estas actuaciones a los propios veterinarios de las ADS.
  • Que se supriman las tasas veterinarias por actos obligatorios de campaña.

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Las campañas de saneamiento siempre comportan riesgos para el ganadero | Foto: Corral