Las cabinas telefónicas ya son historia en Salamanca: así fue su llegada, estancia y despedida

Durante esta semana hemos sido testigos de como desaparecían las pocas cabinas telefónicas que quedaban en Salamanca. Un medio de contacto que, en la actualidad, a los más jóvenes les resulta algo arcaico y extraño, mientras que para las generaciones anteriores las cabinas marcaron un antes y un después. Sin teléfonos móviles, muchas veces sin teléfono fijo en casa, la única forma de poder hablar con un familiar, amigo o conocido era saliendo a la calle en busca de ellas. No se imagino William Grayl, inventor del teléfono que recibió la patente por su aparato en 1889, hasta donde evolucionaría este instrumento.

Haciendo un breve recorrido por la historia, no fue hasta 1.928 cuando la primera cabina telefónica se instaló en España. Aunque en este apartado hay discrepacancias entre unos y otros, pues se considera cabina telefónica a todo teléfono público. Aquí es importante hacer una diferenciación, ya que la cabina es "un espacio estrecho y cerrado". Una especie de caja más grande en la que se procuraba que la persona tuviera esa intimidad para hablar por teléfono a cambio de paga runas monedas. En este sentido, lo que se conoce propiamente como cabina telefónica se instaló en España por primera vez en 1963.

Las cabinas fueron todo un éxito. Tal es así, que existe una película, de las más conocidas en nuestro país, dirigida y protagonizada por José Luis Vázquez en el que el escenario es una cabina, de ahí su nombre: La cabina.

A Salamanca llegaron más tarde, pero esto no impidió que fueran todo un éxito. La ciudad llegó a contar con casi 400 cabinas repartidas por la ciudad, en total 381. Sin embargo, en los últimos años progresivamente han ido desapareciendo o reconvirtiendo esos pequeños espacios para que siguiesen siendo utilizados, por ejemplo para poner anuncios, intercambiar cosas o, como es el caso de la ubicada en el barrio del Oeste, convertirse en biblioteca.

Precisamente, esta ha sido la última cabina que ha desaparecido de Salamanca. Con ella se han ido recuerdos para muchas generaciones, historias y conversaciones que desaparecerán en el tiempo, igual que la cabina. Por ello, desde la Aosciación ZOES despidieron y "enterraron" con honores a dicha cabina. Así lo inmortalizaron y compartieron con todos a través de sus redes sociales.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de ZOES Asociación.Barrio Oeste (@zoesasociacionbarriooeste)

Telefónica fue la encargada de instalarlas en su momento y ahora, también de retirarlas de la vía. Según la propia compañía, en agosto de 2021 había en España 14.824 cabinas, 46 de ellas en Salamanca.