El libro, en sus diversas modalidades, es una herramienta imprescindible para enriquecer nuestros espíritus
No me dio pereza alguna trasladarme desde Madrid para intervenir en una mesa tertulia de autores el domingo 23, magníficamente moderada, por cierto, por Aída Acosta, y estar en contacto con las librerías de la Calle Lorenza Iglesias y San Cristóbal, convertida en el centro librero de Ciudad Rodrigo.
La Feria, muy bien organizada, y que ha durado tres días desde su inauguración, ha demostrado la fortaleza del libro en nuestra siempre culta ciudad
Además, contó con numerosas actividades como juegos y pruebas, en las que los niños deben obtener un número de puntos para recibir regalos, lo que sin duda incentivó a los más pequeños.
Se presentaron además numerosos libros y hubo, como he dicho, mesas y tertulias con autores de los mismos, además de incluir también al entrañable Parque de la Glorieta en taller de animación a la lectura.
El libro, en sus diversas modalidades, es una herramienta imprescindible para enriquecer nuestros espíritus y reflexionar sobre todo lo que pasa o ha pasado, puesto que son intemporales.
Ya sabemos lo que dijo García Márquez de que escribir un libro era suicidarse, pero claro, se refería a los rendimientos que el autor percibe ya que desde el punto de vista material son escasos, exceptuando los best sellers.
Pero nosotros seguimos suicidándonos a la vez que renacemos con nuestros libros.
Enhorabuena a Afecir, por tan completa organización y a las entidades colaboradoras que tanto han ayudado en la celebración de esta Feria que sin duda va a más en una zona de Ciudad Rodrigo que me resulta tan familiar, por lo que siempre que pueda allí estaré.
Miguel Cid Cebrián