De acuerdo con los estudios de periodistas e historiadores, en la Transición las fuerzas represivas franquistas (en la Policía Armada, Brigada Político Social, funcionarios de prisiones y Guardia Civil) asesinaron a cerca de 150 personas. Y otras tantas personas fueron asesinadas por bandas fascistas parapoliciales.
David Ezquerro del Poyo
Defensor de los Derechos Humanos
El Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la UNESCO organizó el 20 de marzo pasado el III Foro Mundial de Derechos Humanos. La edición de 2023 ha contado con la participación del Colectivo de Olvidados de la Transición (COT). En Buenos Aires, los asesinados durante la Transición española —mayormente olvidados en el país donde perdieron la vida— tuvieron una representación histórica. Familiares de las víctimas les dieron voz y demandaron justicia en la capital argentina en unas jornadas que reunieron a cientos de congresistas de todo el mundo.
El COT, nacido en 2022, se define como un colectivo formado por familiares de jóvenes asesinados durante la Transición por la policía, la Guardia Civil o los grupos de extrema derecha. Entre sus objetivos están: «establecer un discurso basado en la verdad [para] reivindicar la memoria por la dignidad de las víctimas, conseguir que la jurisdicción española e internacional reconozca la existencia de delitos de lesa humanidad y la necesidad de una justa reparación por los crímenes», como explicaron desde el colectivo a principios de año. Además, se busca generar un debate serio sobre la Transición en la sociedad española, pues considera que existe un discurso oficial sesgado que se ha difundido durante todos estos años.
Según el COT, «el relato veraz de la Transición se ocultó por un pacto entre las fuerzas políticas y los poderes fácticos españoles e incluso internacionales, sus auténticos artífices». Entre los actores principales se encontraría Rodolfo Martín Villa. El entonces ministro de Gobernación (renombrado después como de Interior) fue —como apuntan desde el colectivo— el garante de este silencio, pues habría sido «el mayor destructor de documentos relativos a la Transición». El COT rechaza de plano la idea generalizada de que, muerto Franco, estos años de nuestra historia reciente fueron pacíficos y de que el cambio de régimen fue modélico.
Algunos de los derechos humanos esenciales fueron violados durante este periodo de la historia española sin que se haya hecho justicia. El caso más famoso es el de la matanza de Atocha. El 24 de enero de 1977, cinco personas fueron asesinadas y otras cuatro resultaron gravemente heridas por un asalto de pistoleros de extrema derecha a un despacho de abogados laboralistas. Los tres asaltantes entraron en prisión, pero según las investigaciones de Carlos Portomeñe, en la Matanza de Atocha también estuvieron implicados grupos de la extrema derecha italiana —que formaban parte de la Internacional Negra— y el Estado español, puesto que los servicios de inteligencia y otros sabían de la actividad de estos grupos violentos y no actuaron en consecuencia.
Desde el COT buscan acabar con la impunidad de la que han disfrutado tanto algunos integrantes de grupos de extrema derecha como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado implicados en asesinatos y demás violaciones de los derechos humanos. La Matanza de Atocha es el caso tristemente más célebre de lo que se pueden considerar como crímenes de Estado, no solo por la acción directa sino por la inacción, tanto en la investigación judicial correspondiente como en el adecuado reparo a las víctimas. Pero no fueron los únicos, igualmente graves son también los casos de los asesinatos de Arturo Ruiz, a manos de la extrema derecha con la complicidad de la Guardia Civil; el de María Luz Nájera, muerta por el impacto de un bote de humo lanzado por antidisturbios; de Ángel Almazán, apaleado por la policía; de Vicente Cuervo, asesinado por un integrante de Fuerza Nueva; o de Carlos González, al que dispararon dos pistoleros franquistas.
El COT acudió a Buenos Aires a denunciar estos hechos prácticamente olvidados en España puesto que «de acuerdo con los estudios de periodistas e historiadores, en la Transición, las fuerzas represivas: Policía Armada, Brigada Político Social, funcionarios de prisiones y Guardia Civil asesinaron a cerca de 150 personas. Y otras tantas personas fueron asesinadas por bandas fascistas parapoliciales». Ante el III Foro de Derechos Humanos 2023 expusieron sin ambages que «la impunidad permitió matar sin consecuencias, los procesos judiciales fueron una farsa, si alguien, muy pocos, pisaron una cárcel tuvieron medio abierta la puerta de salida». Verdad, justicia y reparación, por todos los olvidados de la Transición.
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