La Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía Jesús Amigo de los Niños tomó parte por primera vez en este desfile
Al mismo tiempo que en el interior de los bares de las vías por las que fue pasando se estaba prestando mucha atención a la 2ª semifinal de la Copa del Rey de fútbol (al menos esta vez no se cantaron goles coincidiendo con el tránsito), la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias de Ciudad Rodrigo llevó a cabo a primera hora de la noche del Miércoles Santo (coincidió precisamente con el anochecer) su habitual procesión, en la que este año tuvo un protagonismo destacado el apartado musical, con un debut y un regreso.
El debut fue el de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, que acompañó por primera vez a la Virgen de las Angustias y al amplísimo número de cofrades que desfilaron (varias con los pies descalzos). Como hasta ahora este desfile solía ser animado musicalmente por la Banda de Tambores de la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz, esta novedad supuso que durante la comitiva no sólo sonasen tambores como en años previos, sino también cornetas.
En lo que respecta al regreso a la procesión, corrió a cargo de la Coral Dámaso Ledesma, que interpretó sendas canciones al paso de la Virgen de las Angustias por la Plaza Mayor, como ya había hecho en varias ocasiones en el pasado esta agrupación, pero en 2019 no lo pudieron hacer al suspenderse la procesión (sí cantaron a la llegada a la Catedral del paso cuando fue trasladado), en 2020 y 2021 no hubo opción por culpa de la pandemia, y en 2022, pese a que el desfile fue normal, no tomaron parte.
El primer paso por la Plaza Mayor fue nada más salir la imagen de la Iglesia de la Venerable Orden Tercera, congregándose como es tradición mucho público entre mirobrigenses y forasteros en estos primeros metros. La comitiva siguió por San Juan, Cristóbal de Castillejo, Campo del Pozo, Enrique Zarandieta y Rúa del Sol, para proceder a continuación a bajar la Plaza, con bastantes personas sentadas en las terrazas aprovechando la buena temperatura reinante (17-18ºC).
Por la calle Cardenal Pacheco pusieron rumbo a la Plazuela de Herrasti, donde se cantó la Salve, y donde impartió la bendición final el capellán de la Cofradía, José María Rodríguez-Veleiro, quién agradeció a todas las participantes este “gesto de amor” hacia la Virgen. El sacerdote había participado en la procesión yendo detrás del paso de las Angustias junto a cuatro pequeñas cofrades (hubo varias más en las filas, todas ellas con capucha que dejaba el rostro al descubierto).
Como remate, se introdujo el paso de la Virgen de las Angustias en el Pórtico del Perdón, sacando unas cuantas personas sus teléfonos móviles para capturar este momento, al igual que habían hecho previamente durante el trayecto para intentar dejar constancia de la Virgen junto a la espectacular luna llena que había en el cielo.