Las Cinco Llagas de Cristo regresan a la noche del Martes estrenando su recorrido ampliado

Ciudad Rodrigo abrió en la noche del Martes Santo el bloque central de procesiones de su Semana Santa, que incluye hasta 8 desfiles en un lapso de apenas 74 horas. Esta secuencia se abrió con la procesión más joven (esta ha sido la 4ª ocasión en que se lleva a cabo), la de las Cinco Llagas de Cristo de la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz, que regresaba al Martes Santo después de que en 2022 se acabase por desarrollar en la noche del Miércoles ante la lluvia que cayó el día anterior.

Este retorno traía como gran novedad la ampliación del recorrido procesional. Sin perder la filosofía de recorrer lugares menos habituales dentro de los desfiles de la Semana Santa Mirobrigense, la procesión pasó por el Registro y el Paseo Fernando Arrabal (en concreto por el tramo comprendido entre el Cuerpo de Guardia del Registro y la Puerta del Sol), saliendo de este modo del recinto amurallado, aunque quedándose al lado.

Al Registro se salió por la bóveda de la Puerta del Conde, tras recorrer el tramo de la calle Campofrío opuesto al que se solía afrontar al salir de la calle Sepulcro (se solía ir directamente hacia Enrique Zarandieta). En el Registro, el capellán de la Cofradía, Fernando Dias-Bailón, dio lectura a la 3ª de las Llagas de Cristo, una serie de reflexiones que dan nombre a la procesión. A la conclusión de cada una, se rezaron el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, interpretando además una pieza musical el Coro de San Andrés.

De forma previa, se habían leído Llagas a las puertas del antiguo Convento de las Franciscanas Descalzas (hoy en día la Residencia Obispo Téllez), todavía en la Plazuela Cristóbal de Castillejo a la que se había salido desde la Iglesia de San Pedro-San Isidoro; y a las puertas de la Venerable Orden Tercera, en la Rúa del Sol. Posteriormente, se dio lectura a la 4ª Llaga en la confluencia de la Rúa del Sol con Enrique Zarandieta; y a la última, en la Plazuela Cristóbal de Castillejo, antes de entrar de nuevo en la Iglesia de San Pedro-San Isidoro.

Fernando Dias-Bailón fue en la procesión justo detrás de la imagen del siglo XVI protagonista de este desfile, el Cristo de la Buena Muerte, llevado a hombros por varios cofrades que lucían una túnica de color granate con capucha que les dejaba el rostro al descubierto, al igual que el resto de cofrades participantes en el desfile, que portaron cirios (una vela de madera, hierro y parafina con llama) tanto por delante como por después de Cristo de la Buena Muerte.

En la parte central de la comitiva (abierta por un muñidor –es decir, un cofrade que fue tocando una campana- y una cruz) marcharon, además de la imagen y de Fernando Dias-Bailón, representantes de las otras seis cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, y tres tambores de la Banda de la propia Cofradía. Aunque la noche estuvo más fresca por ejemplo que la del Lunes, la procesión tuvo un buen seguimiento, especialmente en los lugares novedosos como el Registro o las inmediaciones de la Puerta del Sol (tanto dentro como fuera de murallas).